TENDENCIAS HOY

Alex Kidd in Miracle World DX

Una vuelta a la nostalgia

 

 

Si de juegos clásicos de plataformas hablamos, seguro que a todos nos vienen a la mente dos nombres; Super Mario Bros y Sonic the hedgehog, que Nintendo y SEGA, los gigantes de aquellos tiempos, impulsaron como mascarones de proa de sus respectivas máquinas, y que se han convertido en parte de la cultura pop, contando incluso con múltiples adaptaciones para televisión y cine. Pero existe otro título, Alex kid in miracle world, que fue lanzado por sega para Master System en 1986 como un primer intento de hacer frente al bigotudo fontanero. Pero a pesar de la buena acogida de público y crítica, y de que incluso conto con una secuela, no obtuvo el éxito deseado, y con la llegada en los noventa del veloz erizo azul, quedo relegado al olvido por la propia SEGA.

 

 

O casi. Pues somos muchos los usuarios de Master System que tenemos al pequeño Alex en un lugar especial de nuestro corazoncito gamer. Parece que también en los de los desarrolladores de Mergue Games y Jankenteam y la distribuidora Tesura Games, que en 2021 sacaron a la luz Alex Kidd in Miracle Worl DX, un remaster hecho desde el amor por este juego, y que guarda algunas gratas sorpresas que no desvelare aún.

Si recordáis, Alex Kidd es un plataformas en principio típico; Saltos, Scroll lateral, malos a los que golpear, items que conseguir, jefes finales…y una con historia arquetípica; Todos los habitantes del reino de Radaxian han sido convertidos en piedra, su princesa raptada por el malvado Janken y sus secuaces, y a ti te toca salvar el día. Nada nuevo bajo el sol.

Pero hasta aquí lo usual, porque debajo de esta aparente simpleza hay mucho más. Aunque el scroll es mayoritariamente lateral, también hay zonas verticales, subacuáticas, he incluso otras, en especial los castillos, que se convierten en verdaderos laberintos llenos de trampas y puzles.

 

 

Además, el juego tiene ese toquecito RPG tan nipón, con la aparición de tiendas donde puedes gastar tus monedas en vidas extra, ítems varios o, y aquí viene una de las partes que más me gustan, distintos tipos de vehículos. Desde una rápida y casi incontrolable moto, pasando por una lancha o, mi favorito, el helicóptero. ¡Qué gozada poder manejar estos cacharros! Y que fácil estrellarte con ellos.

 

 

Por otra parte, el juego nos ofrece una experiencia que, sin ser demasiado complicada, sí que nos va presentando una curva de dificultad muy bien construida, y que en sus fases finales supone todo un reto. Los controles son simples, agacharse, salto y golpeo. La jugabilidad es muy buena, aunque a la inercia del salto hay que cogerle el truco, y el buceo o el manejo de vehículos se las trae. La parte grafica es variada, colorida y original, exprimiendo los 8bits de la máquina, y con una banda sonora que complementa perfectamente a las distintas fases.
Pero lo más curioso de todo es una mecánica que lo hace genuinamente único, y es que los enfrentamientos con los secuaces principales de Janken se dirimían, nada más y nada menos que a… ¡piedra, papel o tijera! O jan, ken, pom, como dirían en Japón.

 

 

Este juego de manos, popularizado a partir del S XX en todo el mundo, fue ideado en china hace casi 4 milenios, llegando a Japón en el S XVII, convirtiéndose en parte de su cultura popular y quedando inmortalizado en este título. Y si acaso estáis pensando que vaya royo de batalla, nada de eso, pues los jefes de turno, una vez vencidos en el jan-ken-pom, se enfurecen y empiezan a saltar y a lanzarte cosas sin descanso. ¡Qué malos perdedores!

Y hasta aquí, no tendríamos más que la traslación de un clásico a las maquinas actuales, para disfrute y desembolso económico de los más nostálgicos. Aunque sinceramente, no se cuanta gente pagaría por algo a lo que podría jugar en cualquier emulador. Pero es que Alex kid un miracle world es mucho más de lo que parece.

Me explico. En cualquier momento del juego, y con solo pulsar un botón, los vetustos gráficos ochenteros pasan a convertirse, como por arte de magia, en una maravillosa versión moderna de los mismos, haciendo lucir a este viejo plataformas de una forma que nunca hubiéramos imaginado. Reconozco que he pasado ratos con Alex parado en algún lugar seguro solo por el gusto de observar la maravilla que han hecho. Y es que el titulo contiene dos versiones, la clásica de la que hemos hablado, y esta remozada, con tanto gusto y estilo que es un placer para los ojos.

 

 

Y para los oídos también, pues los efectos son estupendos y esas musiquitas básicas de antaño se convierten en auténticos temazos (Mención especial para el tema del Volcán). El tratamiento de la luz es una pasada, con rayos de sol atravesando los árboles del bosque e iluminando a nuestro protagonista, por ejemplo. La experiencia pasa de nostálgica a actual en un segundo, convirtiéndolo también en un título atractivo para los más jóvenes.

Prueba de ello es que cuando les enseñe a mis sobrinos ye incipientes gamers la versión clásica pusieron cara avinagrada, pero al pulsar el mágico botón abrieron los ojos y durante un buen rato se disputaron el mando para manejar al viejo Alex.

 

 

Creo que estos son argumentos más que suficientes para que cualquier amante de este título, o de los plataformas en general, sea de la generación que sea, se haga con esta joya, que además tiene un precio muy competitivo. Pero hay algo más que lo hace especial.

Y es que no puedo terminar sin comentaros unos detalles extras que, pese a no cambiar en nada la experiencia jugable, me robaron el corazón, y ponen aún más de manifiesto el cariño por el juego de los creadores.

A saber; una caratula reversible, con la clásica de Master System por un lado y con la del remake en el otro, la decoración del disco, que emula a los vetustos cartuchos de la 8bits de SEGA, con su malla de cuadriculas sobre fondo granate, un librito de instrucciones a la vieja usanza, y para rematar, un precioso llavero que, como buen friki, es el que uso desde que mis hermanos me hicieron este acertadísimo regalo de cumpleaños. Como he dicho son solo detalles, pero a veces en los detalles está la diferencia.

 

 

En resumen, una obra maestra de lo reto tremendamente disfrutable en sus dos versiones, y ya sea jugándolo a la vieja usanza de los 80, donde cada vida cuenta, o tirando de guardados y continues, si no tienes mucho tiempo o paciencia para estar empezando desde el principio una y otra vez, pues te da esa opción que facilita la experiencia. Forma perfectamente respetable, pero que nunca te hará entrar en el Valhala de los jugones.

¡Saludos y buenas partidas¡

 

Articulo Retro redactado por nuestro amigo Santiago al cual podéis seguirle aquí @ChokoGamers

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