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Momo, una brillante joya a la sombra de Fantasía

Momo, una brillante joya a la sombra de Fantasía

 

 

Momo, de 1972, es una obra de fantasía única, y no estoy usando este apelativo a la ligera, envuelto en mi habitual hipérbole, es que en realidad no vas a encontrar nada parecido a esta maravillosa novela. Y sin embargo, siempre a estado a la sombra de Una historia interminable, la obra cumbre de su autor, Michel Ende, que forma parte de la cultura popular. Aunque principalmente por la película, y eso es en parte una pena.

No me malentendáis, es una de las pelis de mi vida, de hecho, fue la primera cinta que escogí en un videoclub para ver en el estreno del flamante VHS con el que mi padre se hizo cuando yo tenía 6 años y la carga nostálgica que ya podéis imaginar tiene eso para mí. La pena radica en que se queda a mitad del relato que nos ofrece la novela, y aunque trataron de hacer una segunda parte, esta fue todo un fiasco nada recomendable. Lo que si es muy recomendable, sí te gusta esta película, es que te leas la novela, pues tienes aún media historia por descubrir y te va a encantar.

 

Dicho esto, y sin más preámbulos, vamos al lio con lo que nos ocupa hoy.

Momo, que siempre va descalza y llevando un gran chaquetón, es una huérfana muy especial de unos 12 años, pues no conocemos su edad exacta, que llega vagabundeando hasta un viejo anfiteatro en el cual las gentes del lugar suelen ir a pasar el rato. Momo se instalará allí, siendo muy bien recibida y sintiéndose muy es feliz con los amigos que hace, tanto niños como adultos, las cuales la tratan bien, la ayudan y acuden a visitarla.

En estas visitas, Momo demuestra tener una cualidad excepcional; sabe escuchar, escuchar de verdad, no oír. Tanto es así que esta cualidad cuasi mágica provoca un gran beneficio en el escuchado, lo que hace de ella, por eso y por su carácter, una pequeña muy querida por todos.

 

 

Pero está estampa bucólica con la que da inicio la historia, llena de inocencia y enmarcada en un lugar y tiempos indeterminados, pero que mi mente siempre situó en una especie de Italia rural de principios del siglo XX, se verá emborronada por la aparición de unos extraños hombrecillos grises.

Suelen ir por parejas fumando sus cigarrillos apestosos de estrambótico humo, y traman algo. Poco a poco y ante la influencia de estos advenedizos la gente del lugar empieza a cambiar, y no para bien, pues comienzan a pensar más en invertir su tiempo en el futuro que en disfrutar con las cosas que siempre les hicieron felices en su tranquila y sencilla vida, así que dejan de ir a ver a amigos o familiares, de tomarse algo tranquilamente en el bar del pueblo, o a pasear al anfiteatro. De repente ya no tienen tiempo para nada.

Pero Momo, que está observando de cerca a estos hombrecillos, sabe que algo tienen que ver con la nueva y triste situación y no piensa dejar las cosas así. Tiene que salvar al pueblo como sea. De este modo emprende una aventura llena de descubrimientos y no exenta de peligros que la llevaran al origen mismo de este mal.

Esta obra, al igual que La historia interminable, están catalogadas como infantiles, pero como pasa con también con Alicia en el país de las maravillas, los viajes de Gulliver, El principito o La colina de Watership, por poner algunos ejemplos, este tipo de literatura tiene diferentes capas que las hacen disfrutables por lectores de cualquier edad.

 

 

El subtexto en Momo es claramente una crítica al capitalismo desmedido y a como a veces empleamos nuestros mejores años mirando al futuro y en muchas ocasiones no los disfrutamos como deberíamos en el presente, siempre invirtiendo tiempo hoy para el mañana. Esta es la idea que nos deja la obra, o al menos lo que yo saco de ella en este momento de la vida.

Por supuesto que hay que estudiar, que trabajar y en general atender a tus responsabilidades, pero si no disfrutas también del día a día, que es lo único real que tenemos entre manos, tienes muchas posibilidades de vivir una vida infeliz y de arrepentirte algún día por ello.

En cualquier casa cada uno debe vivir la vida como crea, faltaría más, pero ¿No sientes que cada vez vas teniendo menos tiempo para disfrutar de tú familia y amigos o tus aficiones en esta vorágine vital en la que nos hayamos sumidos la mayoría? Pues de eso va el tema.

Este es un relato adorable de realismo mágico, escrito de maravilla y con unas reflexiones y personajes muy a tener en cuenta, sobre todo Momo, y que un niño o un jovencito puede analizar de una manera, o simplemente quedarse con las divertidas, fantásticas y misteriosas desventuras de Momo, que lo son, y seguramente alguien más adulto va a sacar otras conclusiones. O como mínimo te hará pensar mientras disfrutas de literatura de primer nivel.

 

 

Así que trata de gestionarte un respiro en tu ajetreada vida y léete Momo si aún no lo has hecho o sí lo leíste de niño, date ese gusto. Puede que saques alguna conclusión valiosa de ella o que te afirme en alguna de las cosas que ya piensas sobre este loco mundo nuestro.

En cualquier caso léetela, es una obra maestra de la literatura, y eso nunca es perder el tiempo.

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