Análisis – Vox Populi: España 2023
¡A la caza del voto!
Hoy, en Somos Gaming, tenemos uno de esos juegos curiosos de esa categoría tan indefinida que son los indies que de vez en cuando se cruzan por nuestras pantallas, un juego que en este caso tenemos que agradecer su código para Steam a GamePress, que nos lo ha cedido para su prueba, y hablar de la franquicia de la que es parte este juego está a punto de sacar una nueva edición. ¿Y de qué hablamos?
De la franquicia “Vox Populi”, de los desarrolladores Velsin, que han creado 3 juegos hasta la fecha: “Vox Populi: Brasil 2022”, “Vox Populi: Polska 2023” y el que nos ocupa, “Vox Populi: España 2023”, un juego que salió en 2023 y que hemos probado ahora como previa al cuarto juego de esta editora que será el “Vox Populi: Europa 2024” que saldrá este abril del 2024, como previa a las elecciones europeas de junio del presente año.
Es obvio que los videojuegos, cine, libros y los juegos de mesa son para nosotros elementos de distracción de lo que un conocido mío llamaba “vida real ™”, y razón no le falta, ya que precisamente el ocio, el descanso, requiere ese cambio de actividad y desconexión de lo cotidiano.
Pero claro, no por ello un juego que trate, como los Sims, de simular la vida cotidiana, o los “Vox Populi”, de simular las elecciones en un país, se considera algo no agradable. De hecho, tenemos delante un juego ligero, intenso, mucho más complejo de lo que parece, pero a la par asequible e interesante para todos aquellos que tengan el más mínimo interés en tocar las teclas de las elecciones de un país.
Pantalla de inicio
Vox Populi: España 2023 es más que un simple juego; es una simulación de elecciones políticas que desafía a los jugadores a convertirse en el presidente de España y liderar el país. El inicio del juego es sencillo y siempre, y la interfaz se nos presenta en una estética pixel art con una música retro que acompaña muy bien a este juego indie, que viene completamente en español, aunque no hay voces que traducir, pero si abundante texto, y realmente, dado que los eventos requieren comprensión para elegir entre las opciones, esto es importante.
El juego básicamente se nos muestra con una pantalla de inicio de lo que mostrará el comienzo de lo que sería la campaña básica: la situación política de las diferentes comunidades autónomas españolas en torno a comienzos de 2023, aunque podremos observar que con ciertos errores que ya detallaremos más adelante.
Por otro lado entre las opciones tenemos tutorial, nueva partida, cargar partidas anteriores que hayamos guardado y unas opciones para facilitar los gráficos o cambiar música, sombras, etc.
Es muy recomendable comenzar por el tutorial ya que el juego, al ser un simulador de estrategia política tiene una profundidad bastante mayor de lo que podríamos imaginar por el aspecto visual, quizás algo infantil, que tenemos a primera vista. Pero que esto no nos confunda, es un juego que pese a ser corto y haber sido diseñado por una sola persona, incluye gran cantidad de variables y opciones que representan muy bien la teoría política y las particularidades de las elecciones españolas, aunque como veremos, tiene ciertas ausencias que no permiten una traslación completa de la situación española.
Lo cuál puede tener su explicación, no solo en que el juego haya sido desarrollado por una sola persona, sino en que dicha persona no tenga un conocimiento profundo de cómo funciona la situación en España, sobre todo a nivel de nacionalismos regionales y separatismos. Pero nos estamos yendo por las ramas y esto es un juego y no queremos meternos en detalles políticos que se salgan del propio juego así que comencemos su análisis.
¡Empezando a jugar!
Como hemos dicho en este videojuego, los jugadores se sumergen en el mundo de la política española, enfrentándose a elecciones municipales en el tutorial para aprender la mecánica, manejando candidaturas y diseñando estrategias para ganar el apoyo popular.
Antes de ser presidente, el jugador debe ganar elecciones municipales en la ciudad ficticia de Maledon. En estas elecciones se enfrenta principalmente a una única candidatura, Susana Velazco, en la susodicha ciudad, que tiene tres sectores, cada uno con sus características particulares.
El jugador realiza o no actividades para ganar puntos políticos y reclutar personajes para su equipo electoral, personajes que a su vez, al tener diferentes ideologías, realizan acciones y tienen rasgos que afectan positiva o negativamente a la campaña electoral que estamos desarrollando.
Para estas elecciones se hace hincapié en equilibrar el peso de popularidad y la ideología en diferentes regiones y sociologías, que son dos elementos importantísimos a tener en cuenta a la hora de qué acciones realizar para poder optimizar esfuerzos y conseguir más rédito electoral.
Existen mítines, ataques a otros políticos, estrategias para contrarrestar ataques, aumentar la popularidad y la afinidad ideológica, las características de los personajes contratados y los debates televisivos… El cómo funcionan los debates y cómo afectan a la campaña es Uno de los elementos más interesantes y curiosos que tiene este juego, aunque es cierto que puede sentirse algo lento.
Cuando las elecciones municipales han terminado, el tutorial termina a su vez y podemos comenzar con el salto a la política nacional. Quizás hubiera estado interesante haber tenido también un simulador de elecciones autonómicas, aunque es cierto que esto es un detalle específico español que es posible que el autor no conozca.
Disfrutando de la partida
Cuando uno va a comenzar una partida en Vox Populi: España 2023 se encuentra con una larga serie de escenarios, cada uno de ellos con distintos objetivos, situaciones de inicio y personajes.
La verdad es que hay cuestiones bastante divertidas, además de las elecciones previstas para 2023, existen unas elecciones adelantadas para 2025, una situación de inestabilidad en la cual se dirime entre monarquía parlamentaria y República, ya bien sea parlamentaria o presidencialista, o incluso distintos escenarios donde regiones secesionistas intentan separarse de España.
Una vez superado esta primera elección, nos encontramos con la elección del personaje que vamos a utilizar. Antes de nada tenemos que hablar de los tipos de personajes que nos vamos a encontrar dentro del juego. Los personajes tienen una afinidad política general (izquierda, derecha o centro).
Y esto está determinado por su posición en ocho características o políticas a valorar (por ejemplo inmigración, ecología o seguridad). Además disponen de algunos rasgos propios que les pueden hacer más atractivos para un sector u otro de la sociedad (por ejemplo, oratoria, celebridad…). Aquí viene un nivel de personalización que me encanta, ya que bien podemos escoger entre personajes preexistentes, que aunque no tienen los nombres de los políticos actuales españoles si se basan en ellos, o bien podemos crear un político totalmente nuevo, escogiendo además su posición política.
En ese caso tendremos además un nuevo partido que se presentará las elecciones partiendo literalmente de cero. Cabe decir que los partidos aquí no tienen nombre, aunque se identifican claramente por los colores. Además podemos personalizar físicamente a nuestro político exactamente como queramos, aunque esto no influye del juego.
Llegados a este punto, podemos realmente comenzar el juego, y aquí es donde si no hemos jugado previamente el tutorial podemos vernos abrumados con la cantidad de opciones que hay, o bien sentir que el juego es absolutamente sencillo y que realmente no tenemos muchas opciones que hacer, ya que hay que saber dónde buscarlas.
Nuestro candidato siempre comenzará solo, y tiene unos puntos políticos que le permiten atraer a su posición a distintos personajes, con sus características y filiación política propia, que podrá unir a su equipo y enviar a realizar diferentes acciones en cada una de las 17 Comunidades Autónomas y las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
Tenemos además la capacidad de intentar influir en tres rangos de población (y habrá políticos mejores que otros en cada uno de esos tres rangos), cómo son la clase trabajadora, la clase media y la clase alta; pero esto no termina aquí ya que tenemos también las edades de la población donde nos podemos encontrar jóvenes, mediana edad y mayores.
Esto da un total de nueve sectores donde podemos influir: por ejemplo los mayores de la clase media. Esto será muy importante, ya que cada uno de estos sectores tiene su propia popularidad e ideología que debe ser cubierta en la campaña. Esta es una de las funciones que puede hacer tanto el candidato como alguno de los miembros del equipo.
Por otro lado tenemos la balanza político-económica, dónde, teniendo en cuenta las ideas de nuestro partido y candidato, si esta balanza se inclina hacia nuestro partido o en contra nos veremos favorecidos o no y ella nos generará rédito político o no. A equilibrar esta balanza entre por ejemplo liberalismo y colectivismo podemos dedicar a uno de los miembros de nuestro equipo o a nuestro propio candidato.
Otra de las funciones que puede hacer cada uno de los candidatos o miembros de su equipo es dar mítines, esto es, promocionar la campaña propia lo cual se hace en cada uno de los territorios en particular. Existe también la posibilidad de criticar al adversario político, ya que en realidad lo importante no es tanto tener muchos apoyos, si no tener más apoyos que el rival político.
Todo esto se puede seguir a través de diferentes mapas, como pueden ser los de la formación más votada, los mapas que indican el tipo de población predominante o el tipo de ideología más común en la región… de forma que podemos ver cómo están funcionando nuestras acciones en cada una de las regiones.
Por ejemplo podemos dar por perdida una región en la cual uno de nuestros rivales tiene un 75%, mientras que nos dedicamos a trabajar en dos que tienen a lo mejor mayor cantidad de votos y diputados.
La campaña electoral dura un año y el jugador debe promocionar sus ideas, manipular eventos y debatir contra otros candidatos en televisión. Hay dos tipos de debates, grandes debates o pequeños, en los que te enfrentas a 3 rivales o bien tan sólo a uno. Pero en todos ellos se utiliza una mecánica o subjuego de cartas, donde el jugador debe usarlas para argumentar, mentir y usar hipocresía.
El juego de cartas incluye argumentos de cuatro niveles (cada nivel superior sólo se puede construir si existe el inferior, y de hecho se pierde si el inferior es destruido, esto es contra argumentado), opciones como la mentira, cartas especiales como apelación a la democracia o a la revolución, elogios a los rivales… todo ello va construyendo una serie de “pirámides” de argumentación que darán puntos al final de cada una de las tres rondas del debate.
Cuidado que hay cartas que son más útiles si la audiencia es de un rango de edad y de una clase específica, y hay otras cartas que solo se pueden utilizar si la posición política del candidato o del miembro del equipo que debate es extremista o centrada en cada uno de los ítems, por ejemplo ecología o inmigración.
Además existen una serie de eventos aleatorios que se van produciendo a lo largo del tiempo y que pueden realizar pequeñas faenas o dar cierto apoyo a la campaña. Por ejemplo, en mi caso la ciudad de Melilla se independizó de España y se perdió un diputado, o por ejemplo un miembro del equipo de mí candidato fue un tránsfuga y se fugó a otra candidatura, siendo además uno de los personajes clave en la estrategia ya que había sido presidente anteriormente, una característica que da ciertas ventajas en algunos eventos.
Y ahora vienen los detalles negativos de este juego que no por ello hacen de él un juego malo, sino que simplemente y desde mi punto de vista han sido necesarios para simplificar toda la mecánica que corresponde al verdadero funcionamiento de la política en un país como es España.
En primer lugar el reparto de diputados está correcto, ya que en España se reparten 350 diputados, pero sin embargo no existe el Senado, elecciones que son totalmente diferentes y que tienen un peso en algunos casos mayor de lo que se cree.
Y es que España es una democracia bicameral. Esto la verdad es una pena, ya que se pueden ganar unas elecciones al parlamento, dejando de lado algunos territorios, lo que haría que se perdiera, totalmente, el Senado.
Un error algo más grande es que en España las circunscripciones son provinciales, mientras que en el juego las pone por comunidades autónomas, casi como si fueran unidades políticas en las elecciones nacionales, lo que genera alguna disonancia, ya que todos sabemos por ejemplo que esfuerzos en provincias pequeñas rinden más que en provincias grandes.
Por otro lado se nota la ausencia también de los partidos nacionalistas, que como todos sabemos, tienen un peso elevado en la política española; no vemos ni nacionalismo vasco, gallego, catalán, canario o ni siquiera la presencia del famoso Teruel Existe. Esto haría el juego mucho más interesante, ya que estos partidos pisan, en muchos casos, el “pastel” político de los partidos nacionales.
Por último, echo quizás de menos una mayor definición del espectro político, ya que tan sólo tenemos izquierda, derecha y centro, lo que hace que el equivalente a Podemos/Sumar sea izquierda, PSOE sea centro, y PP y VOX sean derecha, añadiendo izquierda, centro-izquierda ,centro, centro-derecha y derecha, y que de este modo opciones como la de Ciudadanos (aunque es cierto que en 2023 ya no tiene verdadera relevancia) pudieran aparecer en el centro, aunque sea como posibilidad de juego.
El juego termina una vez que llega el día de las elecciones, y en ese momento, simplemente, todo queda tal cuál, y te indican si has quedado derrotado, has sido vencedor y si lo eres en solitario o en coalición.
¡Felicidades, presidente!
¡Sólo un rato más!
La verdad es que es un juego que como tal es breve (hora, hora y media), pero con la cantidad de escenarios (a pares, esto es, restauración monárquica o instauración de la república) es considerable, podemos ver que el juego tiene para bastantes horas de diversión, y más si partimos de cero, esto es, de un personaje creado, que nos dará un punto de partida peor, y un “malus” hasta que superemos cierta barrera de los votos.
Sería muy interesante tener un modo aleatorio, o quizás un modo en el que puedas generar tu los escenarios, de modo que el juego y los personajes puedan ser completamente personalizados.
OPINIÓN: Personalmente, es un juego que me parece muy muy entretenido, sabiendo a lo que vas a jugar. No es un “Yo presidente”, dónde gestionabas además todo el país, pero es que esto se centra solamente en las elecciones.
Quizás hecho de menos poder hacer un trabajo de coaliciones post elecciones, algo que tenga que ver con las encuestas, entrevistas, o algo específico del día de las elecciones, pero ciertamente podemos decir que vas a pasar un buen rato si te gustan los simuladores políticos. Estamos ante un buen juego, que eso no tiene que ver ni con gráficos ni con longitud, si no con ese “intangible” del disfrute.
Por mi parte, estoy seguro de que acudiré a él de vez en cuando, para echar unas cuantas partidas y así revivir las elecciones y pasar el rato en una noche electoral, mientras ves cómo los recuentos suben y los diputados y el destino de tu país va siendo escogido en las urnas.
GRÁFICOS: Genial estética de Pixel Art. Al final he de reconocer que estoy un verdadero fan de este estilo, ya que permite que muchos juegos buenos salgan adelante con una estética agradable y retro.
HISTORIA: Excelentes eventos, combinaciones de los mismos y giros de guion (independencias, tránsfugas, fichajes…), que permiten conseguir giros de opinión pública de manera inesperada.
SONIDO: La banda sonora del juego es retro, con chiptune, y se adapta al ambiente del juego, muy agradable aunque no entra en la categoría de excelsa.
JUGABILIDAD: Fácil, aunque con cierta profundidad que, con algunos términos algo confusos, puede hacer que sea más largo de lo que parece cogerle el tranquillo. Pero al final resulta ser simple, lo que no quita esa profundidad.
Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a GamePress y Velsin por facilitarnos clave digital del juego
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