Análisis – Caravan SandWitch REVIEW
Déjate llevar
Ante la vorágine y el estrés que provocan algunos juegos, que no paras de machacar el mando eliminando criaturas o corriendo de aquí para allá, se agradece tener de vez en cuando un título de desconexión y relax. Y eso es lo que nos trae sin duda este juego que nos ha cedido como siempre tan amablemente la agencia JF Games – PR & Marketing for Videogames para su review.
Caravan SandWitch nos deja claro desde el principio que vamos a vivir una historia diferente con nuestro personaje y con toda la calma y relajación posible. Comenzamos con Sauge, nuestra protagonista, en una estación espacial, comentando su confusión al haber recibido un mensaje de su hermana desaparecida hace unos años. La señal viene de Cigalo, su pueblo natal, que abandonó hace tiempo, y sin dudarlo decide marchar para allá.
Ya el viaje se convierte en una delicia. Vemos a nuestro personaje mirando por la ventana de lo que parece un tren que va por el espacio, y nos acompaña una hermosa melodía en francés. Provoca que te quedes literalmente embobado viendo la escena cinematográfica y algunos créditos hasta que aterrizas y despiertas…
Un mundo por re-descubrir
Cuando llegamos al destino descubrimos que nuestra protagonista dejó atrás muchos amigos y muchas historias, y lo más importante: empezaremos a descubrir la suya.
La gente del pueblo en mayor o menor medida tienen un lazo o una relación con nuestro personaje, y se van dando conversaciones y escenas que nos enganchan a la historia. Y nos presentan personajes con los que podemos llegar a empatizar y cogerles cariño, como la abuela Rose, que es la persona que además nos dará la Caravana, nuestra principal herramienta de exploración.
En Caravan SandWitch nos encontramos un mundo cuanto menos interesante. Con buenos gráficos se nos presentan esplendidos paisajes donde se mezclan la naturaleza y los restos de antiguos edificios de la “era industrial“ del pueblo, convertidos en auténticas ruinas. Es un mundo que invita a ser explorado, y en eso se apoya el juego.
Sin restricciones cómo muertes por caídas ni cansancio, y con una caravana indestructible y que nunca se queda sin gasolina, podemos dedicar “casi” todo el tiempo y ganas del mundo a explorar cada palmo de terreno. Y digo “casi”, porque la única aunque gran limitación que tenemos, es la de necesitar avanzar en la historia para poder desbloquear herramientas para personalizar nuestra caravana y descubrir nuevas zonas.
Tampoco hay combates ni nada parecido, solo la exploración y la necesidad de encontrar por el camino materiales para, como decía, mejorar nuestro vehículo.
Eso sí, mientras descubrimos el mundo, descubrimos también la historia de nuestro personaje y la de algunos de sus amigos, y algunas resultan casi más curiosas y divertidas que la de la propia protagonista.
Acuérdate de pasar por el garaje
Cómo decía, nuestra principal herramienta será la propia Caravana. Un auténtico vehículo todo terreno que nunca nos dejará tirados, pero que necesitará durante la aventura de algunas mejoras para seguir avanzando. Una de estas mejoras es por ejemplo un utilísimo radar que nos permitirá localizar y marcar elementos en el entorno mientras estén a su alcance.
Para desbloquear estos elementos, recurriremos a nuestro amigo “manitas” del pueblo, que nos ayudará a fabricarlos siempre y cuando le llevemos los materiales necesarios. Estos materiales son circuitos y demás cosas que podemos encontrar en las ruinas , o conseguir de algún personaje al que ayudemos. Lo que nos lleva una vez más a la base del juego, la exploración, y a realizar misiones secundarias de los demás personajes, conociendo así poco a poco sus historias y la relación con nuestra protagonista.
Pero, ¿ya está todo?
Pues casi, casi… Caravan SandWitch te invita a explorar a tu aire un mundo “semi-abierto” y a descubrir las historias de Sauge y sus amigos, pero poco más. Quitando el hecho de poder descubrir elementos coleccionables perdidos por el mapa y preciosos miradores donde disfrutar del panorama, no hay más opciones en el juego. Si buscas, como en otros juegos de exploración, tener que buscarte una vida y labrarte una personalidad propia, aquí no lo vas a encontrar.
Por culpa de esto llega un momento en el que habiendo avanzado en el juego te das cuenta que acaba quedando pobre se siente “desaprovechado”. Lo he jugado en Nintendo Switch, y aún así con sus limitaciones, creo que se le puede sacar más partido al juego y añadir otros elementos o dificultades extras.
Pero aún así, es un juego que si te interesa dejarte llevar por la historia y te gusta explorar sin más, sin prisas ni presiones, recomiendo probarlo.
Los gráficos son, a su estilo “dibujo animado” una delicia en algunos momentos y pese a lo que esperaba por algún comentario, no me han dado ningún problema en mi Switch.
El sonido es para mi lo mejor del juego, y esto no suelo decirlo nunca. Las músicas van desde las que crean tensión o intriga, hasta las que invitan a soñar o hacen que sin querer muevas un pie al compás mientras juegas. Aún así los efectos no son de reseñar.
La jugabilidad, habiéndolo probado en Switch, es bastante buena. Algún problema he tenido con la cámara que hacía me costara controlar el camino cuando iba en plataformas o escalada, pero no me ha impedido realizar lo que quería en cada caso. Después de todo, no son muchas las acciones que se pueden realizar.
En cuanto a la historia, o en este caso diré “historias”, son lo suficientemente interesantes para que les hagas caso y continúes su desarrollo.
Su punto débil diré que es el entretenimiento. Si bien el juego te enganchará con la historia y te gustará explorar, llegará el momento que te falte algo, o que te dediques a la historia sin más para acabarla y dejar el resto ya aparcado.
Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a JF Games PR por facilitarnos clave digital del juego
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