Análisis – Drug Dealer Simulator
El tráfico de drogas desde dentro
En numerosas ocasiones he manifestado mi devoción por todo simulador que pueda pasar por mis manos, y reconozco que se está llegando a un nivel de locura increíble en el género, pero nunca hubiera imaginado jugar a un simulador como este… En Drug Dealer Simulator, nos convertiremos en un traficante de drogas, si, tal cuál, enseguida os lo cuento. Pero primero debo decir que desde SomosGaming no apoyamos en absoluto el consumo o venta de drogas de ningún tipo, y que este juego y este análisis no sería apto para menores. Dicho esto, procedo a contaros como es este juego que nos han cedido los chicos de Ultimate Games.
El nuevo camello del barrio
En Drug Dealer Simulator, seremos el nuevo camello del cártel en nuestro barrio, un barrio claramente marginal que parece salido de una película del bronx o algo así . Despertamos en nuestro piso, que se acabará convirtiendo en nuestra sede, fabrica y almacén, con una llamada de nuestro colega Edie. Edie será nuestro contacto directo con el cártel y nos proveerá de mercancía para trapichear en el barrio. Este primer contacto es un breve tutorial para aprender lo básico del juego, nos enseñará a usar el móvil, la darkweb donde contactaremos con nuestros clientes y el uso del portatil para llevar los gastos y controlar nuestra reputación.
Comenzaremos con poca cantidad de drogas sencillas como Marihuana o Anfetaminas, que nuestro amigo Edie nos dejará escondidas en lugares marcados del barrio donde deberemos recogerlas rápido pero sin llamar la atención, para que no se estropeen, nos la quiten o las encuentre la policía. Lo primero será dar a conocernos por el barrio a los clientes potenciales, para ello donaremos pequeñas muestras a las gentes del barrio, que pasarán a ser nuestros clientes. Estos clientes acabarán contactando con nosotros por el móvil o la darkweb para pedirnos más material, y deberemos encontrarnos con ellos en lugares escondidos del barrio para no llamar la atención y realizar la venta.
Deberemos controlar el precio así como el tiempo que tardamos en realizar las entregas, para mantener contentos a los clientes y crear una clientela fija que corra la voz y nos haga ganar más dinero. La calidad del producto también es algo muy importante, ya que algunas drogas pueden ser tratadas con productos para adulterar su cantidad y obtener más o mezclarla con alguna sustancia que cree más adicción. Pero si elegimos el producto incorrecto, o una mala mezcla, podemos perder calidad y con ello al cliente, o peor aún: provocar una intoxicación, sobredosis o muerte al cliente.
Vigila tus espaldas
Si ganar reputación es bueno para conseguir más clientes y aumentar la cartera, también será malo porque llamará la atención de la policía, y la DEA estará siempre pendiente de lo que ocurra en nuestro barrio y nos pisará los talones si sospecha de nosotros. Para evitar llamar mucho la atención, es preferible realizar las entregas al amparo de la noche, pero esto no es tan sencillo, pues existe un toque de queda y un montón de patrullas de policía, en ocasiones con perros anti droga, pasean por la noche para controlar que se cumpla.
Si no conseguimos eludir a la policía o nos pilla de improviso al girar una esquina, nos quedarán dos opciones: mantener la calma y si deciden pararnos rezar para que no nos encuentren la droga encima, o correr como alma que lleva el diablo e intentar perderlos. Esto último no resulta muy difícil, al menos al principio, pero hacerlo muchas veces mosqueará a la policía y nos pondrá en su punto de mira. Si llegamos a llamar mucho la atención, la propia DEA (División Especial Antidroga, o algo así) podría realizar una redada en nuestro piso y mandarlo todo al garete. Además, si perdemos drogas o dinero y no podemos pagar nuestra deuda al cártel que nos provee de mercancía, tendremos un problema aún mayor…
Conviértete en el nuevo Pez Gordo
Si las ventas van bien y el dinero progresa, iremos subiendo de nivel y reputación, lo que aumentará nuestro crédito en el cártel así cómo nos dará acceso a nuevas drogas y a más zonas del barrio y alrededores. También podremos mejorar nuestro piso franco o comprar otro nuevo, así cómo mejorar la mesa de trabajo y herramientas para tratar y elaborar las nuevas drogas. Pero cuidado, un movimiento excesivo y sospechoso de nuestras cuentas y gastos, también alertará a la policia y los pondrá tras nuestro rastro.
Si ascendemos en cantidad y calidad, pronto podremos tener nuestros propios vendedores. Estos vendedores nos harán pedidos más grandes y regulares, pero tendremos que controlar que no nos pagarán hasta vender su producto, cómo nosotros hacemos con Edie y el Cártel, lo que puede provocar un agujero en nuestras cuentas, sobre todo si algo sale mal.
Una manera alternativa de conseguir reputación y marcar nuestro territorio, consiste en crear grafitis con nuestra marca por toda la ciudad. Para ello basta con comprar en una tienda unos sprays y acercarnos a una pared para pintar.
Algo bueno que tiene el juego es que constantemente nos esta dando consejos y tutoriales pequeños de como realizar estas y otras acciones, así cómo ir marcando nos objetivos para ir completando los y así subir de nivel. Llegaremos sin problemas a lo más alto. Cuanto más grandes seamos, más difícil es que la cosa acabe bien, eso y los efectos de las drogas en los clientes, también está recreado en el juego.
Me abro, que llega la pasma
En definitiva, para ir acabando este análisis, puedo decir que estamos ante un simulador que llega a enganchar. El proceso de recolección, creación y venta de los productos para ir ganando dinero y subir de nivel llega a ser adictivo. Si bien, al tratarse de un simulador, creo que debería ser más difícil en algunas facetas del juego y hacer más dura a la policía.
Los gráficos son simples y minimalistas, recuerdan a juegos de simulación clásicos, de los 90. Con imágenes no muy detalladas y animaciones muy básicas y repetitivas. Pero cumplen su cometido.
El sonido sigue por el mismo camino, aunque camina mejor. Tiene una música mezcla de techno y electrónica muy indicada para la atmósfera del juego y cómo se muestra el barrio. Luego tiene efectos sonoros muy simples pero bien implementados, cómo el ruido de las pisadas que varía según la superficie o la radio de la policía cuando está cerca. Eso sí, no hay voces, todos nuestros clientes hablan por texto y sin gesticular…
La jugabilidad es bastante buena. Tenemos una interfaz sencilla, fácil de manejar. Una mochila sencilla y un mapa muy fácil de interpretar. Se echa de menos quizá algunas instrucciones más claras a la hora de trabajar con los productos y sus mezclas.
En cuanto a la historia que sirve de nexo en el juego es de lo más sencilla: Gana más, para ser más importante y que no te pillen. Con eso sobra para engancharte al juego.
Por último toca hablar del entrenamiento, y la verdad es que entretiene bastante y cómo dije antes llega a enganchar un rato. Lo malo que entre que desbloqueas nuevas drogas y trabajos se puede volver repetitivo.
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