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Análisis – Ringlorn Saga REVIEW

Análisis – Ringlorn Saga

Honor indie a los clásicos

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Sabéis en SomosGaming todos nuestros lectores que tengo un gusto especial por lo clásico o lo que recuerda a lo clásico, y entre tantas superproducciones que dominan el panorama, de vez en cuando emerge una joya indie que rinde homenaje a los clásicos. Y los clásicos cuentan historias, juegan con nuestra imaginación, y ponen como marco fundamental del juego el descubrimiento, donde cada acción, cada rincón explorado y cada enemigo abatido converge en tres pilares existenciales: «¿Quién soy?», «¿Qué es esto?» y «¿Hay alguna esperanza?». En algo más que lo que se.

Ringlorn Saga, desarrollado por Graverobber Foundation, es precisamente eso: una oda a los RPG de antaño, una carta de amor a títulos que, aunque quizás olvidados por algunos, sentaron las bases de un género. Inspirado en la influyente serie Hydlide, cuya última entrega data de 1995, Ringlorn Saga busca revivir la esencia de aquellos pioneros, llevando su antorcha a una nueva generación de jugadores. En una era donde la narrativa y los gráficos hiperrealistas suelen ser la prioridad, este título se atreve a volver a las raíces, prometiendo una experiencia que prioriza el juego puro por encima de todo.

Hemos podido probar este juego en Switch gracias a GamePress, que nos ha cedido una clave para reseña, de este juego que salió en 2022 (y 2024 para la Switch 1), y la verdad el juego de Graverobber es una oda a la belleza natural y la simplicidad de la exploración y el descubrimiento, todo ello enmarcado en un universo de fantasía oscura y escalofriante.

 

Pantalla de inicio

La primera impresión de Ringlorn Saga es clara, concisa y pixeladamente clásica. Al iniciar el juego, nos encontramos con un menú minimalista que, al igual que el título, evoca una estética retro. No hay grandes introducciones cinematográficas ni complejas opciones, ni falta que hace. La primera impresión es la de un juego directo al grano, un RPG de acción con mecánicas que nos recuerdan a los clásicos de la era de los 8 bits desde cada uno de sus píxeles.

Su género se define rápidamente como un ARPG con elementos de roguelike y una perspectiva top-down, donde el combate «bump and grind» es el protagonista. La simplicidad del menú y la estética pixel art establecen de inmediato la atmósfera de un título nostálgico, que busca capturar la esencia de juegos como el Zelda original o el propio Hydlide, donde la aventura comienza casi sin preámbulos. Y la cuestión es la exploración y resolución de misterios y puzzles.

Desde el primer contacto, la presentación de Ringlorn Saga establece el tono adecuado. Con su trabajo de sprites rudimentario, sombreado sencillo y una orquesta de chip-tune evocadora, el juego sumerge al jugador en su atmósfera de fantasía oscura. La primera impresión es la de un título que no busca la grandilocuencia visual, sino la evocación y la inmersión a través de una estética particular, con gran solemnidad de la historia. Eso si, no está en español, con lo que hay una barrera de entrada.

 

 

¡Empezando a jugar!

Los primeros pasos en Ringlorn Saga son tan directos como su pantalla de inicio. No hay un creador de personajes elaborado ni un extenso tutorial. Somos un caballero con una misión sencilla: tu padre ha desaparecido, la tierra está invadida por monstruos y nadie, y menos tú, sabe lo que está pasando. Tu deber es desentrañar todo este misterio

Esta aproximación «old school» es un soplo de aire fresco en un panorama saturado de juegos que abusan de la verbosidad. El juego nos lanza directamente a la acción, presentando la mecánica central de manera intuitiva, y de hecho, de aprendizaje por prueba-error, ya que es salir del pueblo y morir en combate. Y es que entramos en una pantalla, que se llena de enemigos, y la clave es interactuar con ellos o no, para luego pasar a la siguiente al tocar los bordes. Este aprendizaje por la práctica, combinado con la alta dificultad inicial, nos obliga a estar alerta desde el primer momento, asegurando que solo los jugadores más atentos y perseverantes se enganchen.

Este momento crucial no desanima, sino que engancha, transformando la experiencia en un «puzzle puro» y una «conexión cognitiva directa entre el juego y el jugador». A partir de ese instante, la curiosidad se convierte en el motor principal, impulsando al jugador a deconstruir las mecánicas, los tipos de enemigos y a entender cómo sus acciones pueden generar el mejor resultado. Es un comienzo que fomenta la experimentación y el aprendizaje autodidacta, una cualidad a menudo ausente en los títulos modernos.

 

 

Disfrutando de la partida

La experiencia central de Ringlorn Saga radica en su profunda mecánica de «darle sentido a todo». El juego te hace querer responder a preguntas que debes aclarar por ti mismo a través de la exploración y la experimentación. ¿Qué papel juegan los tres tipos de ataque en el combate? ¿Es posible esquivar los golpes enemigos? ¿Tienen los diferentes enemigos una IA distinta? ¿Cuáles son los más fáciles de matar? ¿Algunos tienen mayor defensa que otros? Estas preguntas iniciales se ramifican en interrogantes más profundas: ¿Hay otras ciudades? ¿Hay tiendas tradicionales en este juego? ¿Afecta la subida de nivel a la regeneración de salud? ¿Dónde estoy? ¿Se puede salvar a mi padre? ¿Se puede salvar este país?

Esta incertidumbre, bellamente convincente, y el proceso lento y gratificante de armar el rompecabezas pieza por pieza, son una de las mayores alegrías en este videojuego, un recuerdo claro de los clásicos tipos de videojuegos que a menudo se pierden en los medios modernos donde se espera que todo se nos diga de antemano. Ringlorn Saga recupera un estilo de diseño que se podría decir extinto, centrado en una curiosidad genuina y sin restricciones. Los descubrimientos en este juego son arduamente ganados, bien merecidos y siempre conducen a misterios más profundos. Es un «motor de exploración» que respeta totalmente al jugador, descarado, apasionado y orgulloso no solo de sí mismo, sino del medio en el que reside. Es una verdadera aventura destilada a una esencia conmovedora y pura.

Por tanto es un juego que se distingue por su cruda dificultad y su enfoque intransigente en el combate. Cada encuentro es un desafío, y los enemigos, a pesar de ser básicos, pueden reducir nuestra salud considerablemente si no prestamos atención. La escalada de dificultad es constante, ya que todo se adapta a nuestro nivel, lo que significa que la complacencia no tiene cabida. El juego nos exige una transición constante entre el ataque y la defensa, memorizar las debilidades de los enemigos y aprender a maniobrar para evitar ser acorralados.

La mecánica de combate es sorprendentemente efectiva a pesar de su simplicidad: golpeamos a los enemigos al chocar con ellos, sin necesidad de presionar botones, y cada tipo de enemigo tiene una debilidad específica a uno de nuestros tres tipos de ataque. La variedad de enemigos y sus patrones de comportamiento mantienen la frescura, obligándonos a priorizar objetivos y a adaptarnos a cada situación. Es crucial identificar y eliminar a los enemigos más peligrosos primero, como los magos que pueden potenciar a sus aliados o lanzar devastadores ataques a distancia.

Aunque el juego presenta misiones de trama con un progreso lineal, gran parte del contenido secundario es de acceso abierto desde el principio. Esta libertad permite a los jugadores explorar y «dungeonear» a su propio ritmo, lo que puede llevar a encontrar equipamiento y objetos mucho antes de lo previsto. Esta estructura abierta puede hacer que algunas secciones se sientan más difíciles de lo esperado, pero también recompensa la exploración con una ventaja significativa en los desafíos principales, permitiéndonos superar a los enemigos básicos con facilidad. La historia, intencionalmente, se mantiene en segundo plano, priorizando la pura acción y la exploración.

 

 

¡Sólo un rato más!

Ringlorn Saga ofrece una experiencia rejugable gracias a su naturaleza semi-abierta y la libertad de exploración, aunque su duración principal ronda las 6 horas, y en este sentido se puede ver limitado. Aunque no cuenta con una función multijugador, la posibilidad de abordar los contenidos en un orden diferente y la constante necesidad de adaptar nuestras estrategias al combate ofrecen cierta variabilidad. La ausencia de una guía estricta y la necesidad de la curiosidad del jugador para desentrañar los misterios aseguran que cada sesión de juego sea ligeramente diferente y esté impulsada por el deseo de desvelar más secretos del mundo.

Sin embargo, su naturaleza retro y su dificultad implacable pueden hacer que, si se abandona por un tiempo, retomar la partida sea un desafío, llevando a la desorientación. A pesar de esto, como un tributo a los RPG clásicos, el juego cumple su cometido, dejando una sólida base para futuras entregas.

 

OPINIÓN

Ringlorn Saga es un título que, sin duda, resonará con los entusiastas de los RPG clásicos y aquellos que buscan un desafío directo y sin concesiones. La Graverobber Foundation ha logrado crear un mini-RPG de calidad que honra sus inspiraciones, especialmente Hydlide, con una jugabilidad pulcra y adictiva, aunque sencilla. Es una experiencia que, a pesar de su breve duración, se siente completa y satisfactoria si se le da la oportunidad de ser dominada. No es un juego para todos, pero para aquellos que aprecian la dificultad de antaño y el enfoque en el combate puro, es una excelente opción.

Ringlorn Saga es, en esencia, una experiencia de juego que prioriza la inmersión y el descubrimiento personal por encima de todo. A pesar de una presentación visual rudimentaria, mecánicas aparentemente simples y una narrativa directa, el juego posee un alma tan profunda como el océano. Es una propuesta valiente que se atreve a desafiar las convenciones modernas, donde la gratificación instantánea y la sobre-explicación son la norma. Este título es una excelente opción para aquellos jugadores que anhelan una aventura genuina, que disfrutan desentrañando misterios por sí mismos y que valoran la curiosidad como el motor principal de su experiencia de juego.

 

GRÁFICOS: Pixel art de estilo 8 bits, que refleja bien el estilo más clásico de los RPG.

HISTORIA: La historia, sencilla y lineal, es el hilo conductor de un juego de estilo semiabierto, dónde la ambientación está bien cuidada.

SONIDO: Esos sonidos de 8 bits y música chip-tune gustan mucho como elemento nostálgico.

JUGABILIDAD: No es complejo, pero necesita aprenderse sin demasiada ayuda.

ENTRETENIMIENTO: Para aquellos que amen este tipo de juegos, la verdad tendrán el gusto de terminarlo, sobre todo al ser tan breve.

 

 

Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a GamePress por facilitarnos clave del juego

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Pablo
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