Primeras impresiones – Machine Mind
Post-apocalipsis y robots
Uno de esos temas que me gusta sobremanera es el de los temas postapocalípticos como podía ser Ark of Charon o SandWalkers. Aquí nos sumergimos en un futuro distópico donde un virus letal y una guerra nuclear han reducido la Tierra a un páramo radioactivo. Los supervivientes, refugiados en una estación orbital, observan desde el espacio cómo su hogar es saqueado por facciones despiadadas. Este juego, que está ahora mismo en una demo para ser lanzado próximamente, combina con esta premisa supervivencia y estrategia con la gestión de recursos al estilo RimWorld y con el combate táctico de Mad Max, pero con un giro vehicular y un arte caricaturesco que lo distingue.
Agradecemos mucho a sus creadores que nos cediesen a través de GamePress una clave de Steam de la demo para probarlo. Desarrollado por Chudo-Yudo Games y distribuído por Targem Games, el juego está teniendo la verdad buenas impresiones, que por parte de SomosGaming podemos corroborar.
Cuando comenzamos el juego, Machine Mind nos recibe con una interfaz minimalista pero funcional: menús con iconos chulos y una banda sonora ambiental de esas que recuerdan a la desolación y el peligro. Podemos considerar que el género es claramente un RTS de acción con elementos de supervivencia y construcción de bases (de ahí que se entienda que me guste tanto), donde controlamos un vehículo modular en un mundo abierto.
La primera impresión visual es atractiva e interesante: un estilo artístico con líneas gruesas y colores vibrantes que contrastan con la aridez del entorno, recordando a cómics como Borderlands pero con un toque más industrial o hasta diesel-punk, con vehículos reciclados, estructuras improvisadas y paisajes cubiertos de escombros.
La demo comienza con un tutorial integrado en la narrativa: tras un accidente, tu conciencia es transferida a un módulo IA instalado en un rover. Las primeras misiones para aprender las mecánicas son sencillas: recolectar chatarra, construir módulos básicos (como generadores eólicos o cañones), y aprender a manejar el vehículo con controles de avance-retroceso más giro. Aquí, el juego enseña lo esencial sin abrumar, aunque la curva de aprendizaje es algo elevada cuando se incluyen elementos como la gestión de energía, combustible, y la reparación de estructuras.
Hay que decir que la creación del mundo es procedural, lo que añade variedad, pero la personalización del rover (rotar módulos, optimizar espacio) es donde el juego tiene un punto distintivo. Comienzas a explorar el mapa, saquear campamentos enemigos, y automatizar drones para recolectar recursos. Explorar el mapa procedural revela fábricas abandonadas, campamentos de saqueadores y ruinas llenas de recursos, que necesitarás para la construcción de la base, con componentes tales como torretas automáticas hasta talleres de reparación, necesitando una decente planificación y tener en cuenta peligros ambientales o ataques enemigos.
El combate vehicular es caótico pero satisfactorio; los enfrentamientos contra facciones rivales exigen táctica, como posicionar cañones en ángulos precisos o huir mientras disparas. La historia se construye sobre misiones secundarias, como recuperar partes de nave o descifrar secretos del mundo, aunque el guion es ligero y se centra más en la gestión y la automatización. Los personajes son escasos (solo diálogos de la IA guía), pero la interacción con drones, a los que asignas roles de recolector o constructor, permite gestionar una buena base.
En todo caso, tenemos puntos negativos, como la gestión de inventario que se hace algo aburrida y tediosa: para usar recursos del almacén base, debes cargarlos físicamente en el rover, un detalle realista pero que ralentiza el ritmo y puede cansar.
Como cierre, hacer hincapié en la generación procedural de mapas y la libertad para rediseñar el rover, lo que hacen que las partidas puedan durar, linealmente hablando, 15 horas, pero si queremos perfeccionar la base y explorar cada rincón se extiende el juego, por lo que la duración depende de los objetivos autoimpuestos.
SENSACIONES Y DESEOS
Este juego es una propuesta ligeramente interesante en el género RTS, con una identidad visual muy clara y que llama la atención, con mecánicas de construcción creativas. Destaca el que seamos un vehículo, y la construcción de bases con la automatización de drones, aunque tropieza con controles incómodos y sistemas de inventario redundantes.
Creo que es un juego para jugadores pacientes que disfruten de la experimentación y el caos controlado. No es perfecto, pero sirve a los efectos de vivir una aventura en un entorno post-apocalíptico que conjuga supervivencia con personalización.
Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a GamePress por facilitarnos clave del juego
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