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Una historia de…Sonic, el erizo que planto cara a Nintendo

Si en el artículo anterior decíamos que Mario era para Nintendo lo que Mickey Mouse para Disney, lo mismo podríamos aplicar a Sonic y SEGA. La marca “azul“, viendo el enorme éxito de NES con “Super Mario Bros“, que había conquistado el mundo occidental con sus aventuras, reaccionó creando su propio personaje icónico, un plataformas divertido y diferente, y así llegaría hasta nuestros mandos…¡Alex kidd!

 

 

Si, ahora hablaremos de Sonic, pero es que fue el bueno de Alex el primer intento de SEGA de batallar con el éxito arrollador del fontanero, creando para él un videojuego que nos alegró la vida a los usuarios de Master System, un plataformas genial del que ya hablé anteriormente, por lo que no me voy a extender ahora, tan solo decir que no fue un mero remedo del juego franquicia de la competencia, como a menudo se le ha acusado, si no que, más allá de las lógicas similitudes, pues al fin y al cabo era también un plataformas, fue una propuesta muy original e innovadora.

 

Alex kidd in miracle world” es un gran juego, con una versión remasterizada genial. Aunque no fue suficiente para competir con Mario

 

Pero, aunque SEGA lo intentó, a Alex le faltaba carisma para competir con el bigotudo fontanero, además, tanto él como el juego eran demasiado japoneses para el gusto occidental de aquellos años. Total, que la cosa no funciono, había que buscar algo distinto, y de manera urgente, porque los 16bits estaban a la vuelta de la esquina, y ahí es donde se libraría la verdadera batalla. Tenían que desmarcarse de Nintendo, tanto en el protagonista del juego como en su jugabilidad.

El personaje debía ser rápido, juvenil, intrépido, y con un diseño fresco y original, así que pensaron en…un armadillo. Sí, ellos también se dieron cuenta de que un armadillo no daba el tipo, pero pensando en animales que fuesen rápidos no se les ocurría ninguno que pudiera quedar bien, y a alguien se le vino a la cabeza la imagen de un armadillo hecho una bola dando vueltas a toda velocidad. El armadillo tenía mal diseño, pero lo de la bola era una idea atractiva, y que a la postre lo marcaría todo.

Empezaron a buscar animales que se pudieran hacer una bola y pensaron en un erizo. A priori podría parecer que tampoco es un animal demasiado interesante para un videojuego, pero Naoto Ōshima tuvo la inspiración de crear el mítico diseño que, apenas con algunos cambios, es el que seguimos conociendo hoy en día. Lo pintaron de azul SEGA, le pusieron unas zapatillas rojas y ¡Voila! Personaje icónico conseguido. Sonic era astuto, descarado y se desplazaba con impune velocidad entre grandes saltos, looping y caminos alternativos, derrotando robots enemigos en su forma de bola de púas. Ya teníamos al tipo, ahora faltaba el juego.

 

Sin duda Ōshima dió con lo que estaban buscando

 

Y el juego fue “Sonic the Hedgehog”, uno de los títulos que más disfrute en mi añorada MasterSystem II. Un juegazo lleno de niveles trepidantes, variados y coloridos, donde ya desde el primer momento, en “Geen Hill“, comprobamos que el diseño, la animación y el detalle de los escenarios eran algo no visto hasta entonces. La historia también se alejaba de la de su rival, cambiando el manido rescate de la princesa por el de sus amigos animales, a los que su némesis, el Dr.Robotnik, quería subyugar convirtiéndolos en robots. Una jugabilidad sencilla y precisa, una banda sonora genial y unos niveles variados tanto en su atmosfera como en su concepción jugable, a la par que perfectos para desarrollar las habilidades del erizo, conformaban lo que se convertiría, desde su aparición en 1991, en todo un clásico de los videojuegos.

 

Sonic fue, y posiblemente será siempre, el mayor éxito de SEGA

 

Y también en un enorme pelotazo de ventas en todo el mundo. En SEGA habían tomado buena nota de lo sucedido con “Alex kidd” y trataron de crear algo más del gusto occidental. Tanto fue así que en principio el juego caló más en occidente que en el propio Japón, vendiendo Megadrives a montones, lo que llevó a los de azul a plantar cara en a la famosa y encarnizada guerra de consolas de los noventa, que puso a prueba a más de una tierna amistad juvenil (¡Menudos debates se formaban en el patio del colegio!), y que hasta entonces estaban perdiendo de forma clara.

Vistos los resultados, SEGA, como no podía ser de otra forma, comenzó a sacar secuelas y versiones a porrillo en los siguientes años, llegando a estrenar hasta 14 títulos en esa década, 3 solo en 1994, convirtiéndose, como anteriormente Pac-Man y Mario, en parte de la cultura pop, y escapando del ámbito de los videojuegos al cine, la televisión, o el cómic, siendo el único capaz de competir en popularidad con el plomero italiano.

 

La saga de películas de Sonic, un éxito de taquilla, contara con una tercera parte en 2023

 

Así que todo iba relativamente bien, hasta que empezó a ir relativamente mal, en un decadente final de década para SEGA, de cuyos detalles nos ocuparemos en otra ocasión, y que culmino en 2001 tras el fracaso de la fascinante Dreamcast, momento en el que SEGA dejo de fabricar máquinas domesticas propias, cosa que rompió el corazoncito gamers de toda la comunidad, dejándonos además con una gran duda, ¿Qué pasaría ahora con nuestro querido erizo?

 

Con Dreamcast se acababa el sueño

 

Pues resulta que, y agárrate de la silla que aquí viene el primer giro de esta historia, Sonic empezó a desarrollar sus aventuras en las máquinas de… ¡Nintendo! La primera vez fue en Game Boy Advance con “Sonic advance”, y desde entonces no han parado de aparecer títulos del otrora rival en las distintas plataformas de la marca. Pero todavía quedaba una vuelta de tuerca más, y es que en 2007 el erizo y el fontanero compartieron título en “Mario & Sonic at the Olympics games”, poniéndolos a competir en diferentes deportes en un exitoso juego con múltiples continuaciones. Sonic y Mario juntos, ¡Quien lo hubiera imaginado en los viejos tiempos!

 

 

A día de hoy Sonic sigue más vivo que nunca, con versiones en todo tipo de plataformas y llegando a contar con entorno a 100 títulos, entre los que encontraremos juegos deportivos, de carreras, de lucha… Pero fue en casa de su antiguo rival donde el que nació como el gran icono de SEGA, su punta de lanza en plena guerra de consolas, el único personaje capaz de aguantarle el cara a cara a Mario, encontró un nuevo hogar junto a su viejo archienemigo, e incluso acabaría compartiendo aventuras con él, lo cual quizá debería decirnos algo acerca de las guerras de consolas, pasadas y presentes.

O no, ¿Qué sé yo?

En cualquier caso, ¡Las vueltas que da la vida!

Santiago
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