Análisis – Perennial Order REVIEW
Un juego con buena planta
Gracias a la experiencia y al tiempo que llevo en SomosGaming probando juegos, uno se da cuenta de que el momento y la manera en que se comienza un juego, puede ser crucial para el devenir de los acontecimientos… Por eso, aunque un juego no empiece con buen pie o no te guste la primera toma de contacto, siempre hay que darle una nueva oportunidad o cambiar la perspectiva. Y que me perdonen en un principio los gentiles trabajadores de Soedesco, que tan amablemente nos cedieron la clave para probarlo, pero eso es exactamente lo que me ocurrió con este juego.
Vaya por delante que este tipo de juegos, los llamados souls-like, no suelen estar entre mis predilectos, he de ser sincero, pero nunca rechazo probar algo nuevo y además en SomosGaming somos muy de juegos indie. Así que elegí ser yo quien probara Perennial Order, y aquí voy a contaros mi experiencia y cómo es para mi este juego , y así ayudaros a conocerlo y saber lo que os espera en él.
Un nuevo caballero
En Perennial Order venimos al mundo (en realidad nos vomita La Monarca) como un nuevo caballero de la Orden de los Perennes. Somos un ser creado con partes de plantas para combatir el “sobrecrecimiento”, un fenómeno que afecta sobre todo a la flora y a los insectos.
Estamos ante un juego de fantasía oscura, con una historia curiosa y una puesta en escena tenebrosa pero que atrapa. Esta puesta en escena es lo que en una primera toma de contacto me echó para atrás. Se trata de unos escenarios, como dibujados a mano, muy bien eso sí, pero que en un primer momento cuesta de asimilar. No distingues en ocasiones el camino por el que ir y pierdes perspectiva de tamaño y formas. Cuesta acostumbrarse.
Lo siguiente que descubres y también me dejó dubitativo, es que los combates no van a ser sencillos y encima basta con un golpe, el que sea, para matarnos.
Vamos armados solo con un estoque que conseguimos desde el principio en dicho tutorial y la capacidad de esquivar. El estoque se maneja con el stick derecho (lo he jugado en Xbox S) y depende de la dirección donde lo movamos y el tiempo que lo mantengamos para atacar en esa dirección y más o menos fuerte.
Pues bien, llegado a este punto y sumándole el hecho de que el primer monstruo me mató como una docena de veces, fue cuando llegué a pensar que este juego no iba a tener mucha gracia por mi parte y lo dejé estar por ese día. Pero cómo comentaba, al día siguiente y con otra mentalidad, decidí comenzar el juego de nuevo. Ésta vez comencé pensando que era un juego para tomárselo con calma, al menos al principio.
Por el camino a los jefes no hay enemigos ni más combates, así que disfruté tranquilamente de cada paso, contemplando el entorno, disfrutando de los sonidos y la música con mis cascos, del movimiento de la maleza y hasta de las charlas con algunos personajes que van saliendo, algunos muy divertidos. Y vaya si cambió la cosa, era como si hubiese comenzado otro juego. Analicé los movimientos de los monstruos y ejecuté con calma mis ataques. El monstruo que el día anterior me mató 12 veces, cayó en el primer asalto, y así alguno más. Empecé a sumergirme en la historia, y cuando me di cuenta llevaba unas horas ya jugando. Y me gustó mucho.
Precisión y calma
Eso es lo que se necesita en los combates con los monstruos, que son unos cuantos. No se trata de aporrear botones, sino de estudiar los movimientos y el rival y golpear donde y cuando duele. Por suerte por el camino aprendemos ciertas habilidades o técnicas, que podremos elegir y combinar como queramos para poder golpear mas rápido o hacer más daño entre otras cosas.
Cada monstruo es un mundo, tanto visualmente cómo a la hora de combatir con él. Eso y el hecho de que seamos tan vulnerables al morir de un golpe, llega a crear una sensación especial en cada combate.
Otro punto que entra en escena es el de los “fuegos fatuos” que vuelan a nuestro alrededor. Indican las veces que podemos usar la habilidad de esquivar, se gastan con los usos y se reponen con el tiempo. Muy importante controlar eso en los combates.
Para compartir
Otro detalle de este juego es que se puede jugar en modo cooperativo, ya sea en línea o local. Yo lo he probado en local y cual fue mi sorpresa que, esperando fuesen así más fáciles los monstruos, descubrí lo contrario. Resulta que tienen más vida o resistencia y cuesta más vencerlos.
¿Qué más esconde el bosque?
Aunque la esencia del juego son básicamente eso, los combates contra los monstruos, Perennial Order aún guarda algún elemento para darle “madera” al juego. Tenemos por un lado la historia principal que vamos descubriendo y detalles de nuestro caballero, un tanto peculiar todo. Y por otro la historia de algunos personajes que encontramos por el camino, que nos hace estar atento a los textos y lo que veamos u oigamos en el juego. No se hacen pesados de leer, tranquilos.
¿Entonces?
Entonces nos encontramos ante un juego diferente, que merece la pena ser jugado y que engancha conforme te adentras en su mecánica y su historia.
Los gráficos en 2D son siniestros, como de dibujos animados de pesadillas, pero muy trabajados y con muchos detalles. A veces demasiado complejos evitando que se vea el camino correctamente.
El sonido me ha encantado. La música es genial, he llegado a dejar el menú en pantalla para oír de fondo el piano mientras realizaba otras labores. Luego cambia en los combates, añadiendo tensión ,y tiene buenos efectos sonoros.
En cuanto a la jugabilidad he de decir que una vez controlas la mecánica del ataque y la esquiva, los combates o puzzles se disfrutan bastante.
Es un juego qué, si lo coges como es debido y/o te gustan de este tipo, te entretendrá unas cuantas horas. Además tiene el añadido del multijugador.
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