Análisis Abathor
Abathor y el mito eterno de la Atlántida
Todo el mundo ha oído hablar de la Atlántida, uno de los mitos, fuera de los relacionado con las religiones, ya sabéis; mitos sumerios, griegos, romanos, egipcios, nórdicos o japoneses, mas conocido y referenciado en la cultura popular desde que a Platón se le ocurrió escribir su auge y caída en los diálogos de Timeo y Critias como ejemplo de una civilización utópica que, tras enfurecer a los dioses por su soberbia, termino siendo tragada por el mar como castigo divino.
No vamos a entrar ahora en esta historia, solo destacar que, más allá de la literatura y el cine fantásticos más las magufadas clásicas, los científicos siguen buscando la legendaria ciudad sumergida. Ciudades tragadas por el mar las hay a decenas, seguramente a cientos, pues el ser humano ha buscado las costas a lo largo de toda su historia por su clima, por lo general más templado y estable, y por ser una fuente constante de alimento, pero esto tiene sus contras, como las bajadas y subidas del nivel del mar o los tsunamis, que han sumergido en las procelosas profundidades de los océanos del tiempo a civilizaciones enteras.
Era necesaria esta introducción ya que el lore del videojuego del que hablamos hoy está directamente basado, como docenas de obras literarias o audiovisuales, en uno de los mitos más cacareados y atrayentes de la historia.
Una vez puestos en escena, vamos allá con el juego.
Los nuevos clásicos
Con “Abathor” nos encontramos ante un juego retro del estilo de los que disfrutábamos en los 8/16 bits o las arcades de las últimas décadas del siglo pasado, con sus bonitos pixelados en 2D, donde tendremos que combatir con infinidad de enemigos cada vez más duros y unos jefes finales muy desafiantes a lo largo de las más de 50 fases divididas en mundos bien diferenciados, con sus particularidades y sus variados jefes cada uno, mientras atravesamos la Atlántida en busca de nuestro destino, que a la postre es el de nuestra civilización. En el se mezclan las plataformas con scrool horizontal y vertical mezclado con Beat`em up, algún toque de metroidvania y quizá un puntito roguelite.
Una propuesta que mezcla géneros con ese aroma nostálgico que los amantes del retro tanto disfrutamos, con más de cincuenta fases, multitud de jefes finales y una amplia y épica banda sonora. Todo un caramelito para los que disfrutamos de estas aventuras clásicas y que añade además algunos detalles y alternativas interesantes.
Historia
Los dioses quieren castigar a los atlantes, nada nuevo bajo el sol, pero en esta ocasión lo hacen enviando miríadas de seres de todo tipo a enfrentarnos; monstruos de lo más variado y bizarro, enemigos vivos, muertos, demonios y hasta los mismos dioses estarán dispuestos a hacernos la puñeta. Una historia acorde con el tipo de propuesta y que cumple bien, con el añadido de la mística propia de la leyenda atlante.
Gráficos
Un pixel art muy bonito y bien tratado, tanto en los personajes y enemigos como sobre todo en unos escenarios, variados y detallados y que, a pesar de ser tantos, no se hacen repetitivos en ningún momento. La estética de 8/16 bits de los noventa está muy lograda. Los protagonistas también gozan de aspectos estéticos y acciones variadas a la par que fluidas. Un buen aspecto este.
Sonido
Una enorme cantidad y una buena calidad conforman la banda sonora, que junto con los efectos ambienta muy bien la acción y los diferentes pasajes del juego. En un videojuego de este tipo es necesario el acompañamiento de unos temas bien épicos y trepidantes, y en este caso esto se cumple.
Jugabilidad
Entramos en lo que es a mi parecer el aspecto más importantes del juego. Primero destaca su sencillez; golpe, salto, rodar e interactuar, de nuevo en el estilo más retro. y con una precisión que es de agradecer, sobre todo en las plataformas. Las distintas y variadas fases también ayudan, pasando por pantallas subacuáticas (Que recuerdos de las de Sonic, ¡Y qué angustia!) otras mas en el puro estilo Beat`em um, alguna en la que vas en un vehículo, otra en la que el barro complica los movimientos… todo un derroche de variedad e imaginación.
A esto se suma el hecho de tener cuatro personajes a elegir, con características lo suficientemente diferentes e interesantes como para que merezca la pena probaros todos, y que puedes cambiarlos a lo largo de la partida, y que además podamos ir mejorándolos conforme avanzas. La posibilidad del multiplicador local hace que sea diferente jugar con uno, dos o hasta 3 compañeros de aventura, lo cual afecta para bien a la profundidad en cuanto a jugabilidad.
La variedad de enemigos, con sus distintas rutinas, y especialmente los jefes de final de fase, de los que tendrás que memorizar sus mecánicas, y los cuales te darán algún susto final justo cuando estabas poniendo el anuncio de la piel del oso en “Vinted” antes de tiempo, sumando también en este apartado.
Entretenimiento
El juego divierte y engancha, y el punto de tener que volver al inicio de cada fase sí no la completas es un extra a la par que otro guiño añejo. Pero para mí, lo más divertido y destacado del juego es el multijugador. Jugar a este título con amigos le da otra dimensión. A mí me gustan de manera especial los juegos cooperativos, soy muy de equipo, y esto es lo que más me ha gustado y con lo que más he disfrutado. Una acertada curva de dificultad también aporta su parte al disfrute de la experiencia.
Conclusión
Este título, sin inventar nada, hace una buena mezcla de géneros ofreciéndonos una experiencia cuanto menos fresca, variada y curiosa. El juego gana muchos enteros en su modo multijugador, aunque se deja jugar también en solitario, ofreciendo un desafió que siendo duro en ocasiones, no llega a la frustración (o no demasiado)
Un juego muy indicado sí quieres un reto retro con sus pixeles en 2D y jugabilidad arcade que te haga recordar a viejos clásicos como “Golden Axe” o “Castelvania”, y muy especialmente sí disfrutas de los sinsabores, las victorias y las risas compartidas codo a codo con compañeros de aventura.
Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a Jandusoft por facilitarnos clave del juego
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