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Análisis – Peglin REVIEW

Análisis – Peglin

Peglin: bota, rebota y….

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Hoy voy a hablaros de uno de esos juegos que yo llamo “para ratos sueltos“, pues así es como empiezas, pero que puede acabar enganchándote y convirtiendo ese rato suelto en unas horas. Estoy hablando de Peglin, ese pequeño gran juego que ha saltado del PC a nuestras queridas Xbox Series X/S para demostrarnos que la fórmula del roguelike todavía tiene muchísimas sorpresas guardadas bajo la manga.

Si sois de los que pensáis ¿Pachinko y RPG? Que es eso? os entiendo perfectamente. Yo mismo arqueé una ceja cuando lo vi por primera vez, ni siquiera había oído la palabra “pachinko“ hasta obtener este juego gracias a BlitWorks. Pero como siempre digo desde que estoy en SomosGaming, no hay que juzgar un libro por su portada, ni un videojuego por su premisa inicial más extraña. Y Peglin, amigos míos, es una joya oculta que ha llegado para quedarse… o no… depende de tus ratos… te lo cuento.

 

La Premisa: Sencilla, pero Endiabladamente Efectiva

Imagínate un Slay the Spire o un Dicey Dungeons, pero en lugar de cartas o dados, tus ataques son ¡bolas de Pachinko! Sí, has leído bien. En Peglin, te pones en la piel de un goblin que, por alguna razón que tampoco nos importa mucho (¡hay que machacar bichos, ¿no?!), debe avanzar por un mapa plagado de enemigos, eventos y tesoros.

Cada combate es un tablero de Peggle/Pachinko. En la parte superior , un pequeño escenario representa la acción, mostrándonos a la izquierda nuestro goblin y desde la derecha los enemigos que vienen a destrozarnos. Abajo, el tablero, nuestra arma secreta.

Tienes una serie de orbes (tus ataques) que lanzas desde la parte superior. Estos orbes rebotan en “peglins” (esos circulitos de colores) y cada impacto hace daño. Cuantos más peglins aciertes, más daño harás y más posibilidades tendrás de activar efectos especiales. Simple, ¿verdad? Pues esa simplicidad es la que esconde una profundidad estratégica brutal.

Aquí es donde Peglin brilla con luz propia. La curva de aprendizaje es suave, casi instantánea. En cinco minutos estarás lanzando orbes como un profesional. Pero dominarlo ah, eso es otra historia.

 

 

Los Orbes, tu Arsenal

Cada orbe tiene sus propias propiedades. Algunos hacen más daño, otros explotan, otros rebotan más veces, otros te curan la variedad es tremenda y es crucial aprender a combinarlos para crear sinergias devastadoras. Imagina tener un orbe que triplica su daño si acierta un peglin crítico, y luego tener otro que duplica la probabilidad de críticos, pues si los combinas correctamente se desata la locura. Aunque muchas veces depende de la suerte o de un mal rebote, extraño, y la super tirada acaba quedando en nada. No te confíes y analiza todas las posibilidades.

Para ayudarnos tenemos un recurso adicional que podremos ir consiguiendo por el camino de cofres, eventos o monstruos: Las Reliquias.

 

 

Las Reliquias, el Pilar Estratégico

Como buen roguelike, las reliquias son el corazón de tus builds. Cada reliquia ofrece un modificador pasivo que puede cambiar drásticamente tu forma de jugar. Desde aumentar el daño por cada peglin rebotado, hasta regenerar escudos, o incluso cambiar el tipo de peglins que aparecen en el tablero. Elegir la reliquia adecuada en el momento preciso es la diferencia entre la victoria y un reinicio doloroso. Algunas pueden parecer inservibles en algunos casos pero cobrar una gran importancia en otros, de ti depende descubrirlo y usarlas correctamente.

Otro factor determinante a la hora de crear tu estrategia o elegir la reliquia o el orbe, son los diferentes enemigos que te van a aparecer. Aunque el sistema de combate es el mismo, cada tipo de enemigo tiene sus propias habilidades y patrones. Algunos tienen armadura, otros contraatacan, otros te roban orbes… esto te obliga a adaptar tu estrategia en cada encuentro y a pensar cuidadosamente qué orbes usar y cuándo.

 

 

Roguelike: Muerte permanente

En Peglin no tienes vidas, ni continues ni segundas oportunidades, cuando mueres, se acabó. Tenlo muy en cuenta a la hora de elegir un camino u otro, un ataque o recuperar vida. Encontraras biomas variados, eventos aleatorios, caminos que se bifurcan todo está aquí, pero cada partida es diferente, y la sensación de descubrimiento y progresión es constante. Cuando por fin logras llegar a ese jefe y descubres que es un enemigo nuevo, y lo vences, la satisfacción es impagable.

 

La sencillez para lograr excelencia

Peglin no busca la espectacularidad gráfica, y eso es un acierto. Su estilo pixel-art es encantador, funcional y le da una personalidad única. Los diseños de los enemigos, los orbes y los entornos son sencillos pero efectivos, y la interfaz es clara y concisa, algo vital en un juego donde la información visual es clave.

En Xbox Series S, el juego corre como la seda. Los tiempos de carga son inexistentes (o casi), y la fluidez es total, incluso cuando la pantalla se llena de orbes rebotando y efectos. Los controles están perfectamente adaptados al mando, algo que a veces es un dolor de cabeza en juegos nacidos en PC, pero aquí no hay quejas. Es intuitivo y preciso, permitiendo que te concentres en lo importante: ¡reventar peglins!

 

 

El sonido, por su parte, acompaña sin estorbar. Los efectos de los rebotes y los impactos son satisfactorios, y la música, aunque no es memorable, crea la atmósfera adecuada para cada bioma.

La gran pega, diría que es la historia. El lore es prácticamente inexistente. No es que lo necesite, porque el foco está en la jugabilidad pura y dura, pero un pequeño trasfondo para darle algo más de contexto a nuestra aventura goblin no habría estado de más.

En cuanto a la jugabilidad, para los que busquen un desafío extremadamente exigente desde el minuto uno, puede que Peglin no sea el juego que están buscando. La dificultad va escalando, y te irás encontrando con retos, pero al principio es bastante permisivo. Pero después de todo, estamos hablando de un juego para esos “ ratos sueltos “ que tenemos a lo largo del día. O no porque Peglin es uno de esos juegos que te pillan desprevenido y se convierten en tu “un run más y lo dejo”.

Y esto afecta al último punto de nuestro análisis, el entretenimiento. La combinación del Pachinko con la profundidad estratégica del roguelike es una genialidad que funciona a las mil maravillas. Es accesible para todo el mundo, pero ofrece la suficiente complejidad para mantenerte enganchado durante decenas (o cientos) de horas.

Si tienes una Xbox Series X|S y buscas algo fresco, adictivo y con una personalidad única, pruébalo. Preparaos para lanzar orbes, rebotar hasta el infinito y más allá, y gritar de alegría cuando vuestra combinación de reliquias y orbes destroce al jefe final.

 

 

Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a BlitWorks por facilitarnos clave del juego

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David
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