Análisis – Potion Permit
Nuevas formulas para un simulador
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Yo, que me considero un fanático de los simuladores, debo reconocer que me abruman a veces la cantidad de juegos de este estilo que salen al mercado. Así que, ante tanta oferta, intento buscar algo nuevo, sorprendente o que me atraiga por salirse de lo normal. Los hay más realistas, como Electrician Simulator, con ideas atrayentes cómo el Emergency Call Simulator o propuestas más relajantes como crear y cuidar un jardín en una comunidad a lo Garden life, todos ellos analizados en esta revista, y luego están los que te entran por los ojos gracias a su Pixel Art y además se quedan en tu mente cuando te metes de lleno en ellos.
Gracias a Meridiem por dejarnos probarlo, pues Potion Permint es este último. Desde que lo empiezas, sus gráficos te enamoran, las escenas, los personajes el entorno… y luego hay que añadir la curiosa idea de convertirnos en un alquimista, creando brebajes y medicinas de todo tipo. Pero empecemos cómo se debe.
Llegando a Moonbury
En este juego nos convertiremos en un alquimista, del gremio de médicos, que acompañados de nuestro fiel compañero canino, iremos al pueblo de Moonbury. Allí vamos a petición del Alcalde, pues su hija está muy enferma y el médico local no consigue curarla.
Desde el comienzo nos daremos cuenta de que no somos bienvenidos al pueblo. Todas las gentes son reacias al hecho de tener un alquimista de nuevo en el pueblo, pues se ve que no acabaron muy bien con los que hubieron antaño por allí. Pero nuestro deber es lo más importante, y demostraremos que somos diferentes curando en primer lugar a la hija del alcalde.
Tras esta primera hazaña, nos invitaran a quedarnos en el pueblo, y aquí es donde en realidad comienza nuestra gran aventura.
Tendremos una casa un poco “derruida”, que debió pertenecer a un antiguo alquimista, donde tendremos lo básico, y nos pondrán al mando de una clínica para ocuparnos de los enfermos. Afortunadamente podremos ir mejorando y acondicionando los dos edificios, consiguiendo dinero y materiales.
Nuestra estancia en el pueblo no será fácil, deberemos ganarnos la confianza de cada habitante interactuando con ellos y realizando favores. Y aquí se presenta uno de los principales atractivos del juego.
Cada habitante tiene su propia personalidad, su manera de hablar y hasta sus propios gustos, que se reflejan incluso en su forma de vestir o en sus casas. Nuestras conversaciones con ellos y sus reacciones dan pie a veces a divertidas situaciones o diálogos e influyen en su confianza hacia nosotros. Podemos tener grandes amigos o incluso enamorar a alguien, eso depende de nosotros.
El pueblo es acogedor y hermoso visualmente, cómo casi todo en el juego, y todo cambia según la hora o el momento del día y la semana o la estación. Puedes dedicarte tranquilamente al pueblo y a relacionarte con sus habitantes, olvidándote por momentos de tu verdadero cometido: crear medicinas y curar enfermos.
Al caldero!!
Pero no, no descuides tus labores cómo alquimista, pues es tu función en el pueblo y tu principal baza para que te acepten y/o ganar dinero.
Para crear pociones y medicinas, deberemos recolectar elementos por los bosques y alrededores del pueblo. Desde plantas y setas, hasta minerales y maderas, pasando por mieles, resinas… Pero no os asustéis, no necesariamente estamos ante otro de esos juegos donde farmear a lo loco y sin mirar pelo. No. Hay algún ingrediente específico, pero la mecánica para crear brebajes esta hecha de tal manera que unos ingredientes pueden sustituir a otros y podemos variar la formulación.
Se trata de una curiosa combinación de elementos a lo “tetris”. Cada elemento viene representado por una forma geométrica, y deberemos combinarlos para rellenar una forma dentro de nuestro caldero. Los elementos pueden ser de varios tipos: aire, fuego, agua… y no necesariamente ha de ser de un tipo específico, sino tener la forma correcta. Una manera muy curiosa y divertida de cocinar.
Cuidado, no todos los ingredientes se recogen de elementos inertes o pasivos, en este juego deberemos también “combatir” con varios tipos de criaturas. Por ejemplo, derrotar a un oso nos puede valer para conseguir miel…
Evolución social
En estos juegos, la evolución de nuestro personaje, la mejora de sus casas y la “escalada social” son algo muy presente, y Potion Permint no iba a ser menos. Aunque en un principio no queramos, vamos a tener que mejorar sí o sí nuestra casa y la clínica. Deberemos ganar dinero y también el favor de las gentes del pueblo.
Necesitamos ayuda del carpintero, del tabernero o incluso nos vendrá bien conocer al vagabundo o al pescador para conseguir recursos. También cómo comenté, podemos llegar a conquistar el corazón de alguien del pueblo y crearnos una auténtica vida paralela a lo que es el auténtico fin del juego: la alquimia.
Cerrando la consulta…
Para ir resumiendo, que los pacientes me necesitan. Estamos ante un juego con una estética muy bonita, los gráficos fascinan desde el personaje y sus acciones hasta el entorno y sus detalles. Una historia con una atracción ascendente, aunque en ocasiones pueda quedar en segundo plano debido a nuestras propias acciones en el juego, propiciadas por una gran jugabilidad y entretenimiento.
Si te gustan este tipo de juegos, y quieres un “come horas” interesante, no dudes en probar Potion Permint.
Gráficos: Cómo ya he comentado son de un tipo Pixel Art exquisito. Para mi esto es tipo » Final Fantasy tactics» de toda la vida, seguro que más de uno lo entiende jejeje. Los paisajes, acciones de los personajes y detalles como humos, aire etc están muy trabajados.
Sonido: Pues cómo suele ser en estos casos, una bonita banda sonora sin mucho cambio y efectos que cumplen su cometido.
Jugabilidad: Es otro aspecto destacable del juego, aunque es un mundo grande y se va desbloqueando, no es un mundo abierto libre, pero se compensa con la libertad de elegir a que queremos dedicar el tiempo y cómo queremos que sea la vida de nuestro personaje en el pueblo.
Historia: Es buena, un alquimista que llega a un pueblo a curar a las personas con sus brebajes y recuperar la confianza de sus habitantes… Y por el camino descubrir tramas y asuntos turbios del pasado… Lo suficientemente bien hilada para ir dedicándote a averiguar cosas…
Entretenimiento: Todo esto y la posibilidad de crear una vida del personaje en el pueblo, promete horas y horas de entrenamiento.
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