Análisis – Pyrene

Análisis – Pyrene

Un juego de cartas con otra perspectiva

 

 

Es posible que a veces utilicemos demasiado el concepto de “joya” por descubrir para muchos juegos que parecen o incluso son una sorpresa, o una joya en el barro, algo por descubrir. Pero tengo que decir que Pyrene es de verdad una joya que combina narrativa envolvente, estrategia profunda y mecánicas innovadoras. No exagero nada al decirlo, aunque también he de aclarar que es un “diamante en bruto”, un juego por pulir, pero que ciertamente tiene varios detalles novedosos dentro de un género trillado. 

En Pyrene, los jugadores se encuentran con un sistema de juego complejo que combina elementos familiares de juegos anteriores que hemos visto aquí, como Deck of Souls, Slay the Spire, Solforge Fusion o el más reciente Demon’s Mirror. Pero añade cuestiones como el movimiento por casillas y los combates estratégicos para hacerlos pilares fundamentales, ofreciendo una experiencia táctica profunda que desafía a los jugadores a pensar antes de actuar, siempre con cartas de por medio, y el concepto de roguelite. 

Y nos encontramos ante un juego que hemos de agradecer poder probar esta versión de prueba en PC (Steam) a GamePress, ya que los desarrolladores tienen pensado sacar el juego completo en torno a septiembre de este 2024. El juego desarrollado por Two Tiny Dice y editado por Indie Asylum puede tener una muy buena acogida, por su mecánica, estética y narrativa.

 

 

Pantalla de inicio

 Pyrene se presenta como un juego de construcción de mazos roguelike combinando mecánicas de construcción y gestión de recursos, creación de mazos, con la exploración de mazmorras en un entorno fantástico lleno de desafíos y misterios por descubrir. Y es que “Pyrene” no es ni más ni menos que los Pirineos, y la narrativa que envuelve este juego está basada en una mitología desconocida para la mayoría pero fascinante, como todas las del norte de España: la mitología vasca, y sus particularidades. Y de verdad, esto convierte el juego en algo que de primeras, llama la atención poderosamente, y las criaturas que veremos, en muchos casos, están sacadas de historias que muchos de nosotros no tenemos en mente. 

Actualmente la versión que podemos probar es una demo, previa a la versión definitiva. Actualmente el juego está en inglés y francés, pero es bastante probable su traducción a múltiples idiomas, incluido el español, lo que promete una experiencia aún más enriquecedora.

El juego, de primeras, tiene una pantalla de inicio muy llamativa, que reacciona a la posición del cursor del ratón, pero seguida de un menú un poco más seco, aunque la tipografía es bastante bonita. En ese sentido, es uno de los pocos puntos negativos de este inicio.

 

 

¡Empezando a jugar!

Cuando comenzamos la partida, se nos muestra una pequeña cinemática introductoria, que nos mete en el ambiente y que está muy bellamente ilustrada.  El jugador asume el papel de un cazador que debe defender su aldea de las hordas de monstruos, y ayudar a reconstruirla tras uno de esos ataques. Para ello, se embarca en una aventura por mazmorras repletas de peligros y desafíos.

Pyrene nos invita a sumergirnos en un viaje donde la reconstrucción de una aldea devastada es solo el comienzo y se utiliza de excusa para enseñarnos a jugar, a través de un tutorial muy bien integrado y totalmente inmersivo. De este modo, aprenderemos que a través de la combinación de cartas y estrategia roguelike, los jugadores debemos reunir a los habitantes dispersos, enfrentar hordas de demonios y explorar diversos biomas con desafíos únicos en cada esquina.

 

 

Disfrutando de la partida

Pyrene, como hemos dicho, se presenta como un dungeon crawler donde los jugadores deben gestionar sus recursos y habilidades estratégicamente para avanzar. Los recursos son el oro, algunos materiales de construcción, las provisiones o las propias cartas, que son los objetos que lleva nuestro personaje. El personaje se encuentra inmerso en la trama que se desarrolla en un pueblo amenazado por criaturas que emergen desde lo más profundo de la tierra, obligando a los aldeanos a entrar en combate para proteger su hogar.

La idea del dungeon crawler se ve ya que parte del juego consiste en exploran diferentes zonas de los alrededores de la aldea. La novedad es que dichas zonas están representadas por cartas, y el personaje debe estar moviéndose entre ellas para progresar en la historia. Cada carta representa acciones como pociones curativas, ataques y recolección de recursos como monedas de oro y provisiones, o quizás, los enemigos. 

El personaje posee puntos de salud (HP) y habilidades únicas que afectan su efectividad en combate. El equipamiento, que incluye arcos, hierbas y poderes especiales, es fundamental para gestionar tanto el combate como la administración de recursos, y se representan con cartas, de las cuales al principio sólo cinco de ellas se colocarán en el terreno dónde ocurra el combate. 

Y es que de tanto en tanto, encontraremos un territorio dónde varios animales o bestias se encuentran con el jugador e intentan detenerle. La toma de decisiones estratégicas es crucial, desde la gestión de recursos hasta la optimización de mazos de cartas y el uso efectivo de habilidades especiales. El combate requiere un equilibrio entre ofensiva y defensa, con efectos de estado como veneno y quemaduras añadiendo profundidad táctica.

 

 

Los jugadores se embarcan en misiones para cumplir objetivos como rescatar aldeanos desaparecidos y limpiar zonas marcadas por altares, conseguir recursos para poder reconstruir la aldea. Estos altares proporcionan ventajas estratégicas como la limpieza de zonas y el reabastecimiento de recursos.

Por su parte, el pueblo actúa como centro neurálgico para la mejora del equipamiento, la planificación de expediciones y la recuperación tras misiones. Recursos como la madera son esenciales para la reconstrucción del pueblo y la mejora de instalaciones como el mercado y el santuario, lo que dará acceso a más opciones en el futuro. 

Aunque lo consideremos un deckbuilding, y su corazón esté basado en la construcción de este mazo, el juego no hace que esta sea la mecánica dominante, y está por debajo, presente pero no demasiado absorbente. Cada carta representa una acción, un objeto o un enemigo, y el jugador debe combinarlas sabiamente para superar las diferentes pruebas que se le presentan.

Y esto es así por lo que hemos dicho del combate. El combate es una forma muy estratégica de usar el mazo, ya que todas las cartas están en juego y sólo pueden ser usadas si el personaje se pone sobre su casilla. De este modo, los enfrentamientos contra los enemigos son dinámicos y requieren una planificación cuidadosa. El jugador debe utilizar las habilidades de sus cartas de manera efectiva para derrotar a sus oponentes y avanzar por las mazmorras.

Y quizás todo ello se vea “ocultado” por una exploración del mundo bastante bien recreada. El mundo de Pyrene está lleno de secretos por descubrir. El jugador debe explorar con cautela cada rincón de las mazmorras para encontrar recursos valiosos y mejorar su equipo, mientras además gestiona los recursos que hemos dicho, ya que por cada combate, cada turno gasta provisiones. Por ello, la salud, las provisiones y la resistencia son recursos esenciales que el jugador debe administrar con cuidado para sobrevivir en las mazmorras. Otro recurso, los espíritus, nos permite acceder al poder de nuestro personaje, que puede salvarnos en más de una ocasión en un combate complejo. 

Pyrene se convierte así en un juego que equilibra muy bien el aspecto de construcción de mazos con el dungeon crawler y un combate con un gran componente táctico.

 

 

 OPINIÓN: 

En resumen, Pyrene no solo ofrece un desafío estratégico emocionante con sus mecánicas de construcción de mazos y exploración de mazmorras, sino que te cautiva con su narrativa intensa y emocionante y con un impresionante estilo artístico. Pero además, es entretenido, te apetece jugar. 

Una cosa muy potente de este juego, después de jugar muchos deckbuilding, es que no solo entretiene, sino que desafía a los jugadores a explorar, planificar y conquistar en un mundo lleno de magia y estrategia. Con una combinación perfecta de mecánicas profundas, un diseño artístico cautivador y una narrativa cuidada,

En resumen, Pyrene no solo promete ser un juego entretenido y desafiante, sino también una muestra del talento creativo que florece en la escena indie.

GRÁFICOS:  El estilo artístico del juego es elogiable por su animación y coherencia temática, elevando la experiencia de juego y sumergiendo a los jugadores en un mundo vibrante y detallado.  El entorno fantástico de bosques y mazmorras está meticulosamente detallado, ofreciendo una experiencia visualmente envolvente que complementa la narrativa del juego.

HISTORIA: Historia que, para ser un roguelite, es potente, y para un dungeon crawler adecuada. Quizás hayan dado con el punto para poder crear roguelites con un trasfondo que atrape. 

SONIDO: Música muy agradable, temática y cuidada. Quizás se eche de menos más variedad de sonidos. 

JUGABILIDAD: Sencillez al poder. El manejo con el ratón es completamente natural e intuitivo, los combates se entienden a la primera, la dinámica de las cartas y objetos se entiende con rapidez. Quizás los combates requirieran una pequeña profundización del tutorial. 

ENTRETENIMIENTO: La verdad es que los roguelites tienen la capacidad de que cuando pierdas te ofrece una nueva partida, y te apetece. En este caso, es totalmente cierto, y en ningún momento sufres derrotas demasiado dolorosas que te apetezca no rejugar.

 

 

Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a GamePress y Two Tiny Dice por facilitarnos clave digital del juego

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Pablo
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