Reigns: Three Kingdoms – Cuando dos opciones son demasiadas
Pantalla de inicio
En el equipo de Somos Gaming siempre nos preguntamos unos a otros a la hora de repartir los juegos para analizar, pero cuando vi que Cosmocover Team nos ofrecía la siguiente entrega del juego Reigns: Three Kingdoms me lancé como un loco a pedirla. Y no me arrepiento, les agradecemos la oportunidad de probar este curioso juego…
La verdad es que la idea de los juegos Reigns es tan simple como complejas son sus consecuencias: con cada “carta” se le presenta al jugador una situación y con ella dos (y nada más que dos) opciones. Con ellas, tiene que conseguir mantenerse en el poder (o con vida) el mayor tiempo posible, equilibrando la balanza de poder.
Personalmente, he jugado a los otros 3 juegos de Reigns (Reigns, Reigns: Her Majesty y Reigns: Game of Thrones), y creo que este está no sólo a la altura de los anteriores si no quizás un poco por encima, gracias a la mecánica de viajes y sobre todo a la de combates (hay que decir que a la del Reigns clásico nunca le llegué a pillar el tranquillo). Y lo hace ya que mantiene la sencillez de la idea principal dando un peso más grande en mi opinión a la historia de fondo, teniendo además una historia adicional muy curiosa.
Cuando uno inicia el juego en Switch, el menú no puede ser más sencillo: Jugar en individual o en multijugador. Y este segundo modo comienza bloqueado, así que nos ponemos a jugar…
¡Empezando a jugar!
Y el juego comienza con una situación que te descoloca, ya que se supone que es un juego basado en el siglo II y III de China, en la época de la dinastía Han, y de pronto nos encontramos con que estamos en una especie de prueba tecnológica que, de algún modo, nos permite encarnar a alguien de ese pasado, y entre muerte y muerte volveremos a conversar con la persona encargada, e incluso, con el responsable, generando una historia adicional a la principal que nos interesará bastante, y da más jugo al interés de este Reigns: Three Kingdoms en concreto.
Tras esto, nos encontramos ya en la China de la época de los Tres Reinos (que dan nombre al juego), una época mítica de lo que podríamos considerar una época clásica y medieval de la historia de este imperio tan desconocida en Europa. Y comenzamos a jugar, con ciertas dudas siempre acerca de cómo hacerlo y cuál es nuestro objetivo, lo que nos impulsa a escoger las opciones que se nos presentan.
El Reigns, en cualquiera de sus versiones, es un juego que es difícil de clasificar en un género, ya que mezcla varias ideas en una sencilla idea. Es un juego de aventuras y elección como un “elige tu propia aventura”, pero es a la par un juego de cartas (las distintas situaciones son como cartas, que varían en este caso según las zonas, las elecciones anteriores…), algo de rol y con un toque de gestión y roguelite (ya que no pierdes los avances como las conquistas).
Disfrutando de la partida
Y si nos plantamos dentro de la partida como tal, nos encontramos, siempre, con una situación planteada y dos posibles caminos alternativos, normalmente bastante opuestos (por ejemplo, una persona que no quiere casarse en el matrimonio concertado por sus padres, y nuestra respuesta puede ser que haga caso a sus padres o bien que haga caso a su corazón). El deslizar la carta a un lado o a otro permite escoger la opción (y en Switch es de agradecer que se pueda hacer de modo táctil), y entonces, desencadenar el evento y ver sus consecuencias.
Al realizar cada elección, normalmente tendremos una serie de consecuencias que tienen que ver con unas barras de características o estado: poder económico, militar, aceptación de la gente o carisma del líder. Y cada elección debe ser tomada meditadamente, ya que variará mucho o poco (¡Y no se sabe en qué sentido!) alguna de las barras. Y cuidado, tan malo es tener poco poder militar como excesivo, ya que por un lado se puede sufrir un ataque como se puede ser asesinado por el ejército. Y cuando uno muere, vuelve a la simulación que hemos comentado al principio con un personaje relacionado al anterior (hijos, cónyuge o bien un primo o prima lejano), pero claro, como un nuevo personaje, con sus barras reiniciadas.
Y es aquí donde está la complejidad de este juego, su verdadera profundidad e interés, de la propia saga. Elegir lo moralmente correcto o lo necesario para las personas a las que gobiernas, lo mejor a largo plazo con el riesgo de morir o a corto plazo sabiendo que luego puede sufrir las consecuencias. Dar dinero a un pescador para unas redes nuevas, sin saber si tendrás dinero para esperar a que él vuelva y te de el pescado que ha conseguido. Las barras deben estar lo más lejos posible de cualquier extremo para poder seguir con vida. Si, mueres y revives, pero es frustrante ver cómo sólo has durado 50 días como gobernante, en lugar de 600 u 700 días (tengo que decir que no termino de durar muchos más…).
¿Qué objetivo perseguimos? Controlar, de algún modo, las 13 regiones en las que China se dividía en la época Han, hasta tener poder suficiente como para poder llegar a ser los sucesores de esta dinastía, o su principal valedor. La conquista de los territorios es una de las mecánicas nuevas que nos va a permitir hablar de este juego como innovador dentro de la franquicia Reigns.
A lo largo de la selección de tarjetas y mientras avanza el tiempo y las cartas, los jugadores intentan en primer lugar completar eventos, que son hazañas desafiantes, acumular objetos y convertirse a diferentes religiones, o simplemente cumplir misiones (hacer vino, viajar a ciertos lugares…) o conocer a diferentes personajes. Y de pronto, algunos eventos te pueden proponer viajar a otras regiones, lo cuál tienes que aceptar, o no. Otras cuestiones, como casarse, tener un heredero, un consejero, realizar alianzas… aparecerán a lo largo del juego como eventos. Hay que decir que algunos de estos eventos o misiones se pueden hacer complicados de cumplir mientras mantienes todos los parámetros lo más estables posibles.
En cada uno de estos viajes a varias regiones de China, veremos como hay eventos únicos que mejoran la experiencia de juego, algunos de esos eventos están relacionados con viajes, ya que los jugadores no siempre controlan los viajes, requiriendo invitaciones de aliados después del inicio de eventos. Además, en estos lugares se podrán cumplir algunas de las misiones o eventos en las que está inmerso el jugador.
Y llegamos a uno de los puntos más divertidos y a la par novedosos del Reigns: Three Kingdoms, el combate. El que recuerde el combate del Reigns, era apenas un 1 contra 1, en duelo a espadas, que tengo que decir que hasta cierto punto era lo menos logrado de estos iniciales. Pero en el caso del Reigns: Three Kingdoms, a lo largo de diferentes eventos y regiones, podremos encontrar o contratar aliados y tropas, que serán unas cartas con un valor de ataque, vida y a veces una capacidad especial. Y el combate consiste en 3 o 4 de estas cartas, que protegen unos suministros. Se escoge derecha o izquierda (como siempre), y el grupo de cartas de combate gira en un sentido u otro, y el que está en la parte superior, ataca y recibe luego los ataques. Cada oponente tiene 3 movimientos de cartas (2 en el primer turno), y el objetivo es eliminar los suministros del enemigo, eliminando para ello la carta que defiende, a la par que se protege al propio. Al perder una carta de combate, se puede (si hay en reserva) traer otra al combate, pero gastando para ello dos movimientos.
De vez en cuando, ya sea por combate o algún otro evento, se dará la posibilidad de conquistar alguna de las 13 regiones, en el camino a hacerse con todas, y para ello, o para defenderlas, se podrán hacer combates.
Cuando uno se hace con todos, y se desencadena el final, volvemos a la historia de la simulación que es paralela y hemos comentado ya, de la que no queremos hacer spoiler.
¡Sólo un rato más!
Siendo un juego esencialmente breve (menos de 6 horas), la mecánica de “elige tu propia aventura” hace que la rejugabilidad sea alta. Además el modo multijugador y el poder realizar combates o duelos con otros jugadores, permite una experiencia totalmente nueva en el caso de los juegos de Reigns, con una capa estratégica nueva y mucho más profunda a la hora de hacer los combates.
Por otro lado, jugar hasta conseguir todos los eventos propuestos y desbloquear todos los personajes (cosa que se puede ver en el menú del juego) hace que la partida se estire un poco, o las siguientes partidas se realicen de otro modo.
GRÁFICOS: Dentro de la sencillez de los gráficos que nos plantea un juego de cartas, los fondos y las imágenes se han depurado muchísimo frente a los del Reigns original o su secuela “Her Majesty”, aunque mantiene una línea minimalista acorde con la idea del juego.
HISTORIA: Lo que importa de este juego es la historia, las opciones que el jugador toma (como hemos dicho, casi como en un “elige tu propia aventura”), y con ellas la sensación siempre de tener que avanzar en la historia a la par que mantener el gobierno normal del territorio. Las miles de ramificaciones que se generan en cada lugar diferente, en cada región o con cada elección hacen del apartado de historia algo excelente.
SONIDO: Un sonido bueno, adecuado al juego, que no es una banda sonora espectacular si no que es de acompañamiento, principalmente. Por otro lado, los efectos de sonido cumplen adecuadamente.
JUGABILIDAD: En este caso no hablamos de una “jugabilidad” en el sentido de sensibilidad del ratón/pantalla/teclado para mover un personaje, si no en simplemente mover una carta a derecha o izquierda, y con ello, realizar elecciones. Sin embargo, esa interfaz, ese modo de juego, la retroalimentación instantánea que nos ofrece el sistema de juego de Reigns lo hace ponerse en un alto nivel
Valoración y Reseña
🟢 Sencillo e intuitivo en los controles, y profundo en el manejo y la historia.
🟢 Estética simple y clara, mecánica impecable.
🟢 La música acompaña adecuadamente.
🟢 Sistema de combate muy interesante, sencillo pero complejo.
🔴 A veces es complicado gestionar perder muchas veces seguidas.
🔴 Después de varias vidas/muertes, algunos eventos se sienten repetitivos.
Creo que puedo poner mi opinión encima de la mesa como que este Reigns: Three Kingdoms es el mejor juego de Reigns de los 4 que he jugado, incluso por encima del tematizado juego de Game of Thrones. Quizás pierde algo del punto gamberro o absurdo que tenía el Reigns inicial, pero mantiene su jugabilidad, aumenta el elemento de rol y aventura y sobre todo, ha añadido un sistema de combate sencillo pero a la par con mucha profundidad. La idea de los Reigns es un juego rápido, adictivo, sencillo de aprender pero con cierta profundidad, y cumple perfectamente sus objetivos. Además, es un juego al que tienes que probar una y otra vez, hasta conseguir sobrevivir más que antes, cumplir el siguiente evento o simplemente, dominar China antes que la última vez.
Nota Final
Desde SomosGaming queremos dar las gracias a Fernando de Cosmocover por facilitarnos clave digital para poder traeros el análisis
Versión jugada en Nintendo Switch
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