Análisis – Survival After War

Análisis – Survival After War

La titánica tarea de resurgir de las cenizas

Introducción

En el vasto y a menudo saturado universo de los videojuegos, el género de supervivencia y gestión ha demostrado ser un motor inagotable de propuestas, que van desde los títulos Triple A de simulación masiva hasta joyas independientes que buscan cautivar al jugador con bucles de jugabilidad sencillos pero profundamente adictivos. Es en este último espacio donde se posiciona Survival After War, un título que nos sumerge en un mundo desolado por el fragor de una guerra apocalíptica, encomendándonos la misión más fundamental y heroica de todas: la reconstrucción de la civilización.

El juego, desarrollado por la compañía Obscillale Studio, ya conocida por incursiones previas en el género con títulos como Bonker 21 y Bunker 22, se lanzó al mercado el 17 de febrero de 2024. Su llegada, en particular a plataformas como Nintendo Switch, donde la gestión en movimiento cobra especial relevancia, ha generado una expectativa moderada entre la comunidad que valora la sencillez y la adicción por encima de la grandilocuencia técnica. La propuesta es clara y directa: manejar a un grupo de supervivientes para levantar una ciudad de entre los escombros. La premisa recuerda a clásicos de gestión post-apocalíptica, aunque con un enfoque mucho más minimalista y de progresión lineal.

El compromiso del estudio con la experiencia del jugador se evidencia en la disponibilidad del juego en múltiples plataformas y en la inclusión de varios lenguajes, entre ellos el español, lo que facilita la inmersión de la comunidad hispanohablante. El equipo de redacción de Somos Gaming ha dedicado horas a esta titánica labor de resurgir de las cenizas.

Estamos muy agradecidos a Keymailer por habernos cedido una clave para probar este juego

 

Pantalla de inicio

La primera impresión que ofrece Survival After War es de una sencillez sin adornos. Un juego que no busca impresionar con cinemáticas complejas, sino invitar de inmediato al jugador a la acción. Con un peso de apenas 181 MB, su estética se presenta con gráficos totalmente sencillos, lo que inmediatamente le confiere un aire de juego tipo móvil. El menú inicial, por su parte, es directo, ofreciendo las opciones necesarias para empezar a jugar y configurar el idioma, sin distracciones innecesarias.

Es en este punto de partida donde se clarifica el crisol de géneros que este título pretende abarcar: simulación, RPG y aventura. La simulación se centra en la gestión de recursos y la construcción; el RPG, en la mejora del personaje y del grupo de supervivientes; y la aventura, en la exploración de un mapa seccionado en áreas por desbloquear.

La música y la estética inicial cumplen su función de establecer un ambiente post-guerra, aunque sin grandes alardes. No es un Triple A, y lo deja claro desde el primer instante. El enfoque está en la funcionalidad y en la premisa: tras la guerra, la tarea es reconstruir todo y encontrar sobrevivientes que se sumen a la causa de rehacer la ciudad.

¡Comenzando a jugar!

El primer contacto con la jugabilidad puede ser un tanto desconcertante. El juego arranca con un ritmo que el propio análisis describe como «un poquito leendo», una lentitud en la acción y el movimiento que puede poner a prueba la paciencia del jugador moderno. Sin embargo, esta cadencia deliberada parece ser parte de la curva de aprendizaje, pues se promete que el rendimiento y la velocidad «van a mejorar poco a poco mientras vayan progresando en la historia».

El jugador comienza con un personaje en un entorno devastado, y las primeras tareas son de supervivencia básica: buscar recursos, construir y cortar árboles. El tutorial, si bien no es intrusivo, se integra en las primeras misiones de construcción, guiando al jugador a través del proceso de levantamiento del primer edificio. Cada construcción completada no solo hace progresar la ciudad, sino que también otorga una recompensa crucial: dinero y diamantes, la moneda premium del juego.

La gestión, sin embargo, se revela inmediatamente como el aspecto más crítico y, a la vez, el más punitivo. Los primeros pasos deben ser calculados con precisión. Una lección aprendida por la experiencia es que el malgasto de recursos puede llevar a un bloqueo total del progreso. Convertir materiales esenciales como los restos (escombros) en ladrillos de manera irresponsable puede dejar al jugador «trancado» sin los materiales necesarios para la siguiente construcción clave, obligando, en el peor de los casos, a «comenzar desde cero». Este enfoque de gestión estricta y de alto riesgo es lo que realmente engancha desde el principio: no es un juego de farmeo sin más, sino un reto de administración de escasez.

 

Disfrutando de la partida

La esencia de Survival After War reside en su satisfactorio y profundo ciclo de progresión, que logra mantener al jugador «enfuscado» y con el constante deseo de «seguir jugándolo». Este es el corazón del título y donde la combinación de sus géneros brilla con mayor intensidad.

El bucle de gestión y progresión:

El gameplay se articula en torno a una necesidad constante de recursos. Inicialmente, el personaje se dedica a talar árboles y recoger escombros, los materiales primarios. La construcción de edificios clave es lo que realmente impulsa el avance. Cada estructura finalizada concede puntos de experiencia que se traducen en subidas de nivel para el personaje y la adquisición de dinero y diamantes. Los diamantes, aunque escasos al principio, son esenciales para comprar mejoras y ropa para el personaje, como vestimenta para protegerse de la contaminación o del frío, un claro guiño a las mecánicas de supervivencia.

La administración de la escasez:

La gestión de materiales es el desafío central. El jugador debe balancear el uso de los restos/escombros. Por ejemplo, la conversión de 50 escombros en 15 ladrillos es una transacción costosa que debe ser bien meditada, ya que un error puede paralizar la obra más importante. La recomendación es guardar al menos 200 escombros antes de avanzar a nuevas áreas. Es una crítica al diseño, pero también un punto de profundidad: el juego fuerza al jugador a pensar estratégicamente sobre el inventario y la economía de los recursos.

Crecimiento del grupo y la función RPG:

Lo que comienza como la odisea de un solo superviviente pronto se transforma en un esfuerzo comunitario. El jugador arranca con dos personas, pero el grupo crece a medida que se desbloquean nuevas áreas y se encuentran a más personas que se unen al equipo. La presencia de más supervivientes es crucial, ya que el trabajo de recolección y construcción se acelera, pasando de un ritmo «leendo» a uno que va «a las millas ahora mismo». Las mejoras de personaje no solo aumentan la velocidad de movimiento y la recolección (chopping, building, movement, elimination), sino que el grupo entero se beneficia de un desempeño más eficiente.

Exploración y riesgos ambientales:

La faceta de aventura se manifiesta en la exploración por áreas. El mapa está segmentado por barreras que solo se abren al completar las construcciones requeridas. Esta progresión geográfica no es solo una expansión de territorio, sino una introducción a nuevos desafíos ambientales. Existen áreas frías y áreas contaminadas (marcadas con color verde y que causan infección). Estas zonas reducen progresivamente la vida del personaje, lo que obliga al jugador a priorizar las mejoras de ropa (compradas con diamantes) o a evitar la zona, añadiendo un elemento táctico de gestión de la salud y el entorno.

La mecánica AFK: cosecha automática:

Un detalle singular del gameplay es la posibilidad de farmeo pasivo o AFK (Away From Keyboard). El personaje, al ser dejado cerca de una gran cantidad de árboles, continúa la recolección de manera autónoma, con los árboles incluso creciendo a la milla y volviéndose verdes a medida que se avanza en el juego. Esta característica es un alivio para la tediosa tarea de recolección, permitiendo al jugador avanzar en el crafteo y la construcción de manera más fluida, aunque siempre bajo la sombra del riesgo de malgastar lo que tanto costó obtener.

En resumen, Survival After War logra construir una experiencia de gestión absorbente que mezcla la satisfacción inmediata de la progresión con la tensión constante de la supervivencia post-apocalíptica. Es un juego que recompensa la paciencia inicial y castiga la imprudencia con el estancamiento, ofreciendo una experiencia sorprendentemente entretenida a pesar de su estética humilde.

 

Sólo un rato más

En cuanto a la longevidad y la rejugabilidad, Survival After War se presenta como una experiencia para un solo jugador. La ausencia de una función multijugador es esperable en un título de este corte, centrado en la gestión individual de un asentamiento.

La longevidad del juego está directamente ligada a la cadena de progresión lineal. A medida que se desbloquean zonas y se construye el siguiente edificio clave (una iglesia, por ejemplo,), el juego presenta nuevos retos y la oportunidad de encontrar a más supervivientes, lo que alarga la experiencia con nuevos objetivos claros. La satisfacción que produce el ver a los árboles quemados volverse verdes y al grupo de trabajo crecer de dos a cuatro es el principal motor para continuar.

La rejugabilidad, por su parte, aunque no está basada en un sistema de mundos procedurales (típico en la aventura), encuentra su nicho en el desafío de la gestión perfecta. El riesgo de «trancarse» por malgastar los recursos es tan real que un jugador perfeccionista se sentirá tentado a comenzar desde cero para optimizar la recolección, el uso de diamantes y la progresión. Este alto nivel de exigencia en la administración de materiales es lo que convierte a cada partida en un reto diferente. Además, la posibilidad de mejorar al personaje de múltiples formas (velocidad, eliminación de ruina, construcción) y la gestión de la vestimenta para las zonas peligrosas incentivan el regreso para probar distintas rutas de desarrollo.

 

Opinión

Survival After War, de Obscillale Studio, es una propuesta honesta que no esconde sus orígenes ni sus limitaciones. No estamos ante un título que aspire al podio de los gráficos o la narrativa inmersiva, sino ante un juego que abraza su naturaleza de simulador de progresión con una jugabilidad adictiva.

El análisis de Somos Gaming concluye que el juego es bastante entretenido. Su principal logro es haber destilado la esencia del género de gestión y supervivencia en un formato accesible y de bajo impacto, especialmente adecuado para una consola portátil como Nintendo Switch. La satisfacción de ver al grupo de supervivientes crecer y a la ciudad resurgir es un gancho poderoso. Sin embargo, su virtud de simplicidad es también su mayor debilidad.

La estricta y a veces punitiva gestión de recursos es un arma de doble filo. Si bien añade un peso estratégico crucial, también introduce la frustración de quedar totalmente bloqueado, con la única opción de reiniciar la partida. Esto, sumado a un comienzo lento y a unos gráficos que, aunque funcionales, le dan un aspecto de juego móvil, puede alejar a algunos jugadores que busquen una experiencia más pulida o con mayor alarde técnico. Para aquellos que disfrutan de un ciclo de farmeo-crafteo-progresión puro, donde la paciencia y la microgestión son la clave, Survival After War es una opción sólida para sólo un rato más de juego.

Puntos Fuertes:

  1. Ciclo de Progresión Adictivo: La satisfacción de ver el progreso (árboles reverdeciendo, grupo creciendo) mantiene al jugador enganchado.
  2. Gestión Estratégica: El riesgo de bloqueo por malgasto de recursos añade una capa de profundidad estratégica a la microgestión.
  3. Mecánica AFK Inteligente: La función de farmeo pasivo ayuda a balancear la necesidad constante de recursos.
  4. Fácil de Aprender: El gameplay es intuitivo, y los controles se dominan en poco tiempo.

Puntos Débiles:

  1. Bloqueo por Recursos: El sistema de gestión es demasiado estricto y puede llevar al jugador a un estancamiento total.
  2. Gráficos Sencillos: La estética, aunque funcional, es minimalista y le otorga un aspecto de juego de bajo presupuesto.
  3. Ritmo Inicial Lento: El comienzo del juego puede sentirse tedioso, penalizando a los jugadores impacientes.
  4. Ausencia de Mapa: La falta de una visión global del mapa hace que la exploración sea menos eficiente.

-GRÁFICOS: 2

-NIVELES/HISTORIA: 3

-SONIDO: 3

-JUGABILIDAD: 3

-ENTRETENIMIENTO: 4

VALORACIÓN Y RESEÑA: 6.5/10

Pablo
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