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Análisis – Trading Card Shop Simulator REVIEW

Análisis – Trading Card Shop Simulator

Ser friki dentro de un juego friki

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El mundo de los simuladores está descontrolado, realmente, y lo vemos expandiéndose con propuestas cada vez más extrañas desde aquel famoso Goat simulator, y en esta ocasión nos encontramos con Trading Card Shop Simulator, un título desarrollado para PC y que tiene un 96% de reseñas positivas en STEAM y una comunidad que ya supera los 35,000 jugadores diarios, ya que la idea de jugar con esa esencia de ,Pokémon TCG o Magic: The Gathering llama mucho la atención.

Hemos podido probar gracias a GamePress una copia para Nintendo Switch, cuya fecha de lanzamiento fue el 6 de febrero de 2025. En este juego tendremos la gestión de una tienda de cartas coleccionables, y pese al éxito en PC, sin embargo, su lanzamiento ha llegado con ciertas dudas, especialmente al no contar con un tráiler en la eShop y reseñas no todo lo positivas que podrían ser.

 

Pantalla de inicio

Tengo que decir que desde el primer momento, Trading Card Shop Simulator no impresiona demasiado. Su menú es funcional, pero carece de un diseño llamativo o característico. Entre las opciones disponibles encontramos los ajustes de sonido y controles, que son básicos pero cumplen su función.

Algo curioso es que la intro del juego resulta muy similar a algunos otros títulos, con semejante motor y gráficos, lo que hace sospechar que este juego no es más que una rebranding pero con una idea interesante. En cuanto a la jugabilidad inicial, nos adentramos en un simulador de gestión en el que debemos manejar una tienda de cartas coleccionables, adquiriendo paquetes de cartas y vendiéndolos a clientes para obtener ganancias. La premisa es interesante, pero como digo la ejecución deja algunas dudas.

 

 

¡Empezando a jugar!

El tutorial es breve y práctico, y quizás demasiado lineal: empiezas con una tienda diminuta, un mostrador y estantes vacíos. A través de menús y controles muy poco intuitivos para switch, aprendes a ordenar productos (sobres de cartas, accesorios), colocarlos en estantes y atender a los primeros clientes. Los controles, adaptados a los Joy-Con, son simples: navegas con el stick analógico, seleccionas opciones o diferentes acciones con los botones, pero los controles se notan incómodos y poco precisos. La falta de un modo táctil en portátil se nota, limitando la fluidez un montón y notándose que no se ha hecho un gran port a consolas en cuanto a jugabilidad.

Comprar, y muchas otras acciones del juego, se realizan utilizando un teléfono. Esta interfaz algo tosca que no explica claramente algunos aspectos, como el proceso de pago. Luego de recibir el pedido (con un costo extra por envío), las cajas simplemente son arrojadas al suelo, lo que contribuye a una sensación de falta de pulido en el diseño del juego. Aunque la curva de aprendizaje es suave, el tutorial es bastante básico y no ofrece demasiada guía, dejando al jugador descubrir las mecánicas por ensayo y error. Esto puede ser frustrante.

 

 

Disfrutando de la partida

El juego consiste en gestionar el inventario de sobres, packs, complementos, cartas, establecer precios y vender a los clientes que visitan la tienda. La idea es interesante, pero repito que la implementación es torpe. Hay problemas con la sensibilidad del control, lo que hace que tareas simples como cobrar a los clientes se vuelvan innecesariamente complicadas, ya que probablemente en PC será mucho más fluido.

Además, la interacción con los clientes es limitada, lo que hace que la experiencia se vuelva repetitiva rápidamente. No hay demasiados eventos o mecánicas adicionales que aporten profundidad al juego, lo que reduce la motivación para seguir jugando después de un rato.

En ocasiones, se reduce todo al ciclo de ordenar, deshacer cajas y vender. Como dueño de la tienda, gestionas inventario, ajustas precios (basados en demanda y rareza) y expandes el local comprando más espacio y muebles. La satisfacción inicial radica en ver crecer tu negocio: de un local modesto a una tienda con múltiples estantes, áreas de exhibición y empleados que ayudan en tareas como reabastecer o atender la caja.

Sin embargo, la variedad de productos es un punto fuerte: hay cientos de cartas ficticias con diseños únicos, además de accesorios como dados o fundas. Abrir sobres para descubrir cartas raras genera momentos de emoción, aunque el sistema de precios automático (que se gestiona moviendo un porcentaje sobre el valor de mercado) simplifica demasiado la estrategia comercial. A medida que subes de nivel, se desbloquean nuevos muebles, tipos de cartas, complementos… El juego incluye 1,500 cartas diferentes, cada una con su propia rareza y valor. Además, puedes vender cartas individualmente o en lotes, lo que añade un elemento estratégico a la gestión del inventario. Los precios de las cartas fluctúan diariamente y dependen de los torneos activos, lo que obliga a estar atento al mercado.

Cada venta exitosa aporta dinero para expandirte, contratar ayudantes y comprar licencias de nuevos productos. Sin embargo, tras unas horas, la rutina se vuelve repetitiva: ordenar mercancía, reponer estantes, ajustar precios… y repetir. Los clientes son extremadamente activos (casi voraces), lo que obliga a reabastecer constantemente, pero sin desafíos imprevistos o eventos que rompan la monotonía.

 

 

¡Sólo un rato más!

No hay modo multijugador ni funciones en línea al menos por el momento, lo que reduce el atractivo a largo plazo del juego. En cuanto a la rejugabilidad, esta es limitada, ya que las mecánicas son simples y no hay suficiente variedad en la jugabilidad para mantener el interés por muchas horas, ya que a las 2 o 3 horas se nota la repetitividad y a las 10-15 horas habrás completado casi todo, excepto la colección de cartas. En este caso, podría rondar las 50 horas.

 

 

OPINIÓN

Trading Card Shop Simulator es un juego con una premisa atractiva para los fans de los juegos de cartas y simuladores de negocios, pero su ejecución deja mucho que desear. La mala optimización en Nintendo Switch, controles torpes y falta de variedad en la jugabilidad hacen que la experiencia sea más frustrante que divertida, además de que probablemente se sienta repetitiva.

Es un simulador competente pero básico. Su mayor atractivo es la satisfacción inmediata de ver crecer tu tienda y la emoción de coleccionar cartas, ideal para jugadores casuales o fans de los TCG. Si estás interesado en el concepto, probablemente valga la pena probarlo en PC pero en Switch es difícil de recomendar.

Puedo entender el interés que despierta, sobre todo ya que en Steam se puede usar el Workshop para añadir los tipos de cartas que desees. Sin embargo en Switch se me ha hecho bastante pesada.

 

GRÁFICOS: Gráficos en 3D, con poco pulido en el caminar de los compradores. No está al nivel de lo que puede dar la Switch.

NIVELES: El desarrollo y evolución de la tienda, junto con el coleccionismo de las cartas, es lo que más llama la atención.

SONIDO: La música pasa desapercibida, acompaña, pero no es protagonista.

JUGABILIDAD: Uno de los aspectos más frustrantes es la optimización del título en Nintendo Switch. Los controles no responden bien, y la precisión requerida para algunas acciones hace que el juego sea mucho más difícil de lo necesario. Esto sugiere que la versión de PC podría ser mucho más disfrutable, pero en Switch la experiencia se siente deficiente.

ENTRETENIMIENTO: Por desgracia, el problema de la optimización y la repetitividad hace que todo esto se disfrute menos de lo que se debería.

 

 

Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a GamePress por facilitarnos clave del juego

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Pablo
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