Análisis – United Penguin Kingdom
Quieres ser el rey Pingüino
Se me heló la sangre y se me enfrió el espíritu cuándo en Somos Gaming obtuvimos la clave de Keymailer para probar este juego tan frío del desarrollador Turquoise Revival Games … ¡Y eso es bueno! Que hablamos de crear un mundo de pingüinos, hasta ser el mejor de los asentamientos polares y finalmente tener el prestigio de ser el rey de los Pingüinos. Aunque cabe decir que yo hubiera dicho que era mejor ser el emperador de los pingüinos emperadores (y quizás eso sea un cambio ex profeso para usar la palabra kingdom)
La verdad siempre he sido un loco de la estrategia, desde el Age of Empires al Heroes of Might and Magic con los que comencé hasta los juegos actuales, siempre he considerado la estrategia como mi género favorito, Civilization, Zeus+Poseidon, Caesar, Trópico… Pero es que ahora, viene con pingüinos.
En United Penguin Kingdom, te embarcarás en un juego de gestión donde tendrás la oportunidad de construir y administrar tu propia ciudad pingüina. Este juego, que combina elementos de construcción de ciudades con la temática de los pingüinos, aves a las que tengo especial cariño (en la liga Fantasy de baloncesto que juego son el motivo de mi equipo…)
Atención, que han conseguido un juego de estrategia y construcción de ciudades sin la necesidad del aspecto militar o de guerras, más allá de algunas amenazas locales.
Pantalla de inicio
El comienzo del juego, y antes de llegar al inicio, podemos ver una pequeña contextualización del motivo del juego, y es que los pingüinos están tomando medidas para evitar el cambio climático. Lo hacen construyendo sus ciudades y reaprovechando todo lo que viene del propio mar.
De todos modos, en la propia pantalla de inicio, hay alguna cosa que me chirría, y es la tipografía que se utiliza en los textos de la pantalla de inicio y posteriormente en los menús. Me dan una sensación a juegos de estrategia de los años 90, comienzos de los 2000, desluciendo algo el aspecto visual del juego, que tiene sin embargo en su título un hermoso tipo de letra. En ese sentido, el juego tiene unos gráficos excelentísimos en cuánto a la imagen y los edificios pero bastante obsoleto en varios de los menús. Aunque eso no quita la adictividad del juego.
¡Empezando a jugar!
Este es un juego de construcción de ciudades protagonizado por pingüinos con todas las mecánicas clásicas de este género, totalmente traducido al castellano. El juego contiene la opción de tutorial, aunque en este caso he decidido saltarme esta posibilidad, aunque, vista la amplitud del juego, creo que alguien que no sea un experto en las mecánicas de estrategia le sería interesante hacerlo para enterarse perfectamente de cómo jugar.
Sin embargo, hay que decir que el propio juego te va guiando en un inicio con las misiones que puedes ir cumpliendo, lo que te va llevando a lo largo del desarrollo inicial del asentamiento pingüino hasta convertirlo en ciudad y luego provincia, y claro está, hasta convertirte en el rey de los pingüinos, que es aquel cuya ciudad tiene mayor prestigio, siendo este el objetivo del juego.
Tras escoger algunos parámetros, como dificultad, recursos y tipo de mapa, veremos que el juego antes de iniciarse nos ofrece la posibilidad de construir algunos edificios básicos, cosa que haremos con rapidez, y nos pondremos ya directamente a jugar. Y reitero que quizás se deba hacer antes el tutorial, ya que la riqueza de opciones que tiene el juego pueden hacer que alguien menos experto se sienta abrumado.
Disfrutando de la partida
Lo primordial de este juego está, por supuesto, en la construcción y gestión de ciudad, en este caso, en un juego que tiene más parecidos con los Zeus-Poseidón, Pharaoh (o Pharaoh: A New Era) o la serie Trópico que con la estrategia más centrada del Empire Earth, Civilization o del Age of Empires, aunque pueda tener detalles de estos. Y es que en este juego tenemos la construcción de una ciudad, sin la parte militar, pero además unida a una evolución tecnológica, dónde hay que investigar los diferentes edificios y desbloquearlos en un árbol que se divide por “eras”, que en este caso son niveles del asentamiento: poblado, ciudad, provincia y ya el ser rey. Hay más de 60 edificios diferentes, incluyendo además mejoras de los mismos.
Y antes de nada hay que hablar del punto esencial que permite avanzar en el juego como tal, la reputación de nuestra ciudad, que es una combinación de muchos elementos, desde la felicidad y la cultura de los pingüinos al dinero que hay en la tesorería, con pluses por cumplir objetivos y misiones, y penalizaciones por cierto tipo de solicitudes o muertes de población… etc. Cuando digo que permite avanzar es que el objetivo es llegar a ser rey, que es el que tenga mayor reputación, pero además desbloquea las eras o niveles de la población que hemos citado, esto es, hay que llegar a ciertos umbrales para desbloquearlos, de modo que tengamos más edificios y mejoras.
El resto de recursos es “secundario”, ya que el que hace avanzar el juego es la reputación, pero son los necesarios para alimentar a los pingüinos, curarlos, o construir diferentes edificios. Entre esos tenemos, además de la comisa e hierbas para hacer medicinas, basura (recuperada del mar, cosa que es un puntazo temático), madera, plástico, piedra o metales, que van a ser producidos por los edificios, y que se va mejorando en cantidad a lo largo de los niveles de ciudad. Hay que indicar además que hay que gestionar la energía, ya que tanto edificios como casas tienen necesidad de este recurso para funcionar, así que debemos instalar generadores de energía y refrigeradores de alta tecnología.
Por otro lado, muchos edificio requieren trabajadores, y la asignación eficiente de los pingüinos y la planificación cuidadosa de la ciudad son fundamentales para asegurar el crecimiento y la estabilidad de la comunidad. No puedo olvidar dos grandes problemas en mi primera partida, un problema de salud en el que comienzan a morir muchos pingüinos por falta de hierbas curativas (al haber sido destruido el edificio que las producía), y otro momento en el que pasa lo mismo con la falta de alimentos cuando de pronto creció mucho la población… que por cierto, se puede intentar que no crezca demasiado diciendo que los pingüinos no tengan descendencia. Así que desde la construcción de viviendas hasta la producción de alimentos y recursos, cada decisión afecta el desarrollo y la supervivencia de los pingüinos, y hay que tener mucho cuidado con cómo gestionarlo y no perder reputación.
Y cuidado. Hay una serie de posibles peligros, ya que las orcas y focas pueden atacar para robar alimentos y destruir algunos edificios, así que se deben construir torres de defensa para protegerse de las orcas que atacan edificios y de las focas que intentan robar comida de los almacenes.
Gestionar sabiamente los recursos, sobre todo algunos materiales de construcción que no se pueden extraer hasta llegar a la categoría de ciudad, es un punto esencial. ¿Cómo se van a conseguir estos recursos mientras conseguimos avanzar? Pues si cumples ciertas misiones que te van guiando/proponiendo, vas consiguiendo cierta cantidad de estos, que te permiten avanzar, algo justo. Sin embargo, si se hace una mala gestión, puedes quedarte ligeramente atrapado, ya que al principio no hay un mercado para comerciar, y solamente se puede pedir al rey que te las conceda de año en año.
Además de satisfacer las necesidades básicas de los pingüinos, debemos proporcionar lugares de entretenimiento como pistas de hielo, cines, centros de juegos y gimnasios para aumentar su felicidad, que además de dar reputación, permite que los pingüinos tengan mejor rendimiento en el trabajo. Además, deben ser formados (una suerte de indicador de cultura, que favorece la reputación).
A medida que avanzamos en el juego, tenemos la oportunidad de explorar nuevas tecnologías y desbloquear edificios y recursos adicionales, comprar nuevos territorios y construir en ellos, además de construir mejor la ciudad y optimizar la colocación de edificios, que generan sinergias si están más cerca. Desde la investigación científica hasta la expansión de la ciudad, hay un montón de pequeños detalles que descubrir.
Al terminar cada año se ofrece un resumen del mismo, indicando estadísticas y los hechos más reseñables del año. Por otro lado, en todo momento podemos ir viendo diferentes valores, como los pingüinos ocupados o desocupados, la reputación ganada o perdida, los materiales o lo cerca o no que estamos de conseguir los objetivos anuales. La verdad es que el juego dispone de muchos elementos complejos y es muy completo, sin resultar agobiante, que en estos juegos es un equilibrio complejo de alcanzar.
¡Sólo un rato más!
A medida que avanza el juego y el jugador intenta convertirse en rey, se pueden explorar nuevas tierras, encontrar nuevos asentamientos y de este modo, avanzar en el árbol tecnológico y llegar a conseguir todas las tecnologías posibles. Intentar hacer esto lo más rápido posible es todo un reto, teniendo en cuenta además las dificultades que se le pueden poner al juego.
Por el momento, el juego no cuenta con funciones cooperativas o multijugador, lo que plantea la incógnita sobre su capacidad de rejugabilidad y si caerá en la monotonía o se tornará demasiado sencillo cuando se le pille el truco. No obstante, al iniciar una partida y como ya hemos dicho, se dispone de distintos niveles de dificultad para elegir. Además, en la salida del juego al público, que será hoy 9 de marzo de 2024, se indica que se añadirán nuevos escenarios para enriquecer la experiencia de juego.
OPINIÓN: Creo que este es uno de los juegos que tiene la capacidad de, te guste o no, mantenerte frente al teclado y ratón durante horas. Creo que destacan la diversión y la adicción del juego, así como su potencial para convertirse en una compra muy adecuada para cualquiera al que le guste el género.
He disfrutado muchísimo jugando y volviendo a la estrategia. Tengo que decir que no es un juego que innove totalmente, más allá de la temática que lo cubre, pero que tiene todos los elementos esenciales del género, además de trasladar muy adecuadamente los arboles de tecnologías y enfocarlo todo a una sociedad sin dar mucho pie a lo bélico, que suele adquirir mucho peso si es que está presente.
No se pueden obviar ciertos elementos que no llegan a ser ni siquiera notables, como que a veces se hace muy lento el transcurrir del tiempo, o que por otro lado una mala gestión del dinero y recursos te puede bloquear en la primera fase, que no tiene forma de conseguir muchos de los recursos. Sin embargo, entretiene, con un enfoque verdaderamente fresco a un género muy conocido.
GRÁFICOS: Este juego usando el motor Unrel Engine se ve bastante bien en lo que corresponde a los pingüinos y los edificios, con las tonalidades los blancas y azules para dar una buena ambientación ártica. Desde ese punto de vista, los elementos del juego son excelentes al contrario que los textos, que deslucen un poco el efecto, como hemos dicho. La verdad, es un punto algo secundario pero que creo que podría mejorar.
NIVELES: el diseño de los objetivos y de la trama están bien logrados, sin ser agobiantes, se ven asequibles y el juego lo hacen muy disfrutable.
SONIDO: Me ha sorprendido agradablemente el aspecto sonoro del juego, ya que la música que acompaña no se hace para nada repetitiva y es casi memorable, como pueden serlo melodías como las de los clásicos Age of Empires. Los combates tienen su propia música, de mucha tensión.
JUGABILIDAD: en un principio y si no se sigue el tutorial, se puede hacer compleja, ya que hay muchos menús para cambiar entre uno y otro y se pueden tener dudas, pero el juego finalmente se puede decir que es intuitivo y cuando le pillas el modo de juego, termina siendo sencillo de jugar y puedes manejarlo todo, y eso es una virtud en los juegos de estrategia y gestión. Además, puedes profundizar más si quieres convertir la experiencia en más intensa, controlando más detalles.
Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a Keymailer por facilitarnos clave digital
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