Análisis – Into the Dungeon
Los deckbuilding roguelite ahora vienen en multiplayer
«Into the Dungeon«, otro primo hermano más de «Slay the Spire«. Tenemos que tener en cuenta que el género de “Slay the Spire” y su novedad para el mundo jugón ofreció una revolución para los amantes de estrategia, y por eso nos hemos dedicado a probar y comprobar si los muchos émulos de este gran juego merecen la pena. Ciertamente, la mayoría se queda corto, como puede ser “Deck of Souls” o “Into the grid”, que la verdad no tienen un recorrido grande, otros simplemente aprovechan la ola (como puede ser el “Solforge Fusion”), pero otros si que alcanzan, innovando en algún detalle o particularidad, un nivel adecuado o incluso excelente, como “Dicefolk”.
Y esto es verdaderamente lo primero que se puede observar cuando vemos el juego de Game Frog Studios, un estudio canadiense que debuta en la industria de los videojuegos comerciales. Que parece otro émulo más, con un estilo más de dibujo, pero sin más novedad. Pero desde su lanzamiento oficial el 22 de marzo de 2024, «Into the Dungeon» ha cautivado a los jugadores con su emocionante combinación de estrategia, acción y desafíos y sobre todo con el modo multijugador que podemos decir que es la mayor de las virtudes de este juego. Damos gracias nuevamente a GamePress por la oportunidad de probar este videojuego para PC, que parece que puede dar pie a un juego de por lo menos, recorrido medio.
Pantalla de inicio
Podemos definir «Into the Dungeon» como un juego directo, cuyo menú te ofrece primeramente la oportunidad de jugar, junto con las opciones, ofrece una experiencia de juego única que combina elementos de juegos de cartas, roguelike y cooperativo en línea. Los jugadores pueden aventurarse solos o unirse a hasta tres compañeros en emocionantes batallas por turnos contra enemigos desafiantes en un camino por elegir. La mecánica principal del juego se centra en la construcción de mazos, donde los jugadores seleccionan y utilizan cartas para enfrentar los desafíos que se presentan en su camino.
Into the Dungeon es un juego de cartas roguelite que desafía a los jugadores a explorar diferentes terrenos, enfrentarse a enemigos diversos y construir mazos poderosos para sobrevivir y triunfar. Con cuatro personajes jugables, cada uno con habilidades únicas y estilos de juego distintivos, los jugadores pueden personalizar su experiencia y enfrentar desafíos de formas muy diferentes.
Por cierto, por ahora y como punto negativo a la hora de entender algunas cartas, el juego está sólo disponible en inglés, aunque por lo general, de un estilo sencillo y fácilmente comprensible.
¡Empezando a jugar!
Cuando uno entra a la partida, lo primero que se le pregunta es el tipo de jugador que quiere ser, el personaje y las habilidades que debe asumir. Tenemos, por ahora, un total de cuatro personajes jugables, cada uno con habilidades únicas que se adaptan a diferentes estilos de juego.
Desde el Mago, enfocado en el daño y la manipulación de mecánicas, hasta el Bardo, que se centra en acumular notas y músicas para acciones poderosas, la elección del personaje influye significativamente en la estrategia y enfoque durante las partidas, y también en el tipo de cartas que vas a poder utilizar con mayor o menor ventaja.
Los otros dos personajes son el paladín, enfocado en la resistencia y en mejorar ataques y el vikingo-berserker, que tiene ataques brutales y combos espectaculares.
Luego, el juego te coloca directamente, sin tutorial ni explicación, en una sala, en la que tienes dos opciones, o bien usar la bola de cristal del centro para comprar nuevas cartas, mejorar las que tienes o comprar objetos, o bien la puerta que nos llevará a cada uno de los destinos a los que se enfrentará nuestro personaje, o nuestros personajes si es que hablamos del modo cooperativo.
Disfrutando de la partida
Ya en el interior de la propia partida, nos encontramos con un mapa, un terreno muy semejante al que nos proponía “Slay the Spire”, dónde tenemos básicamente encuentros de combate, combate de élite, el combate final, tesoros (que consisten únicamente en oro) y además fogatas para descansar, o eliminar cartas si es que es de nuestro interés para depurar el mazo que tenemos.
Los jugadores pueden explorar diferentes lugares, ya que tenemos cierta elección sobre el camino a elegir, y así controlar el enfrentarse a una variedad de desafíos, desde encuentros aleatorios hasta batallas contra jefes. La elección de qué salas explorar y en qué orden puede afectar significativamente la dificultad y las recompensas del juego.
Y es que cada jugador comienza con un mazo, un grupo de cartas inicial que son, cómo en “Star Realms” o en “Slay the Spire” cartas muy básicas, apenas con algún poder interesante, y diferentes para cada jugador. Cada personaje tiene un conjunto único de cartas disponibles. Seleccionar cartas que complementen la estrategia del personaje y se adapten a la situación del juego es fundamental para construir un mazo efectivo.
Tras cada combate tendremos la oportunidad de escoger una de entre tres cartas que se nos ofrecerán como recompensa a la hora de la victoria. Por cierto, que como hemos dicho, una vez terminado cada mapa, se puede usar el oro para comprar o mejorar estas cartas, además de incluso eliminarlas. Las victorias contra enemigos de élite nos otorgan, además de dicha carta, un objeto a escoger entre dos que nos dará alguna ventaja, y quizás alguna desventaja.
Entre los enemigos que nos podemos encontrar hay variedad en el nivel, desde monstruos básicos hasta jefes élite, y cierta diversidad en cuánto a tipos de enemigos, que esperamos que en futuras actualizaciones crezca algo más. Cada enemigo presenta sus propias fortalezas y debilidades, lo que requiere estrategias de combate diferentes para afrontar cada desafío. El desafío aumenta con encuentros de élite y jefes, cada uno con mecánicas únicas que desafían al jugador a adaptarse y mejorar su estrategia.
El juego ofrece un elemento de descubrimiento constante a medida que se revelan nuevas cartas, cada una con su propia utilidad y estrategia asociada, y por eso cada partida es completamente diferente, dada la aleatoriedad de las cartas que nos van ofreciendo a lo largo de las recompensas.
Recoger oro y obtener mejoras es fundamental para fortalecer tu mazo y aumentar tus posibilidades de éxito, como hemos dicho, ya que se pueden comprar nuevas cartas, mejorarlas, comprar objetos o eliminar cartas inútiles del mazo entre mapa y mapa. Este oro se consigue venciendo rivales o abriendo cofres, y gestionar sabiamente tus recursos y tomar decisiones estratégicas sobre cómo gastar tu oro puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota.
Dentro de cada combate, nos enfrentaremos a uno o más enemigos, y para ello se robarán 5 cartas por turno, y tendremos 3 manás (inicialmente) para poder gestionar el uso de las cartas, cada una de las cuales tiene un coste de este recurso. Excepto en el caso del mago, el maná sobrante se pierde al final del turno. La gestión eficiente del maná es esencial para ejecutar poderosos ataques y defensas. Priorizar qué cartas jugar y cuándo guardar maná para futuras rondas es clave para el éxito.
Es importante a su vez mantener un equilibrio entre el uso de cartas de ataque y defensa, hechizos y otras cartas, ya que esto es crucial para sobrevivir en las mazmorras. Saber cuándo defenderse y cuándo presionar el ataque puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. Hemos comprobado, por otro lado, que priorizar la eliminación de enemigos peligrosos y jefes antes de que puedan infligir un daño significativo es una estrategia inteligente.
Identificar y atacar las amenazas más urgentes puede cambiar el curso de una batalla. Hay que tener en cuenta que el nivel de intensidad y dificultad es elevado, y los enemigos suponen un verdadero reto. Las cartas, por su lado, podrán si sus efectos así lo permiten ser descartadas o eliminadas, y esto puede proporcionar beneficios al jugador.
Tenemos en los combates además una serie de estados, positivos y negativos, que pueden acumularse, multiplicándose los beneficios/perjuicios que generan en el personaje del jugador. Estos estados permiten a los jugadores mejorar su ataque, eliminar la defensa rival, envenenar… y todo ello, combinado con los objetos y las cartas que uno ha ido consiguiendo, puede ser esencial.
¡Sólo un rato más!
Creo que lo emocionante de este juego no es, como podemos ver, el modo ya conocido de juego deckbuilding con roguelite, pese a que tenga diferencias en las habilidades, cartas, personajes… La verdadera diferencia y el valor de este juego es algo más “mundano”, como puede ser el multijugador.
Unirse a una sesión multijugador, permite que hasta 4 jugadores puedan crear un grupo de combate con los 4 personajes que hemos comentado, para avanzar en la partida de un modo diferente al que hemos visto hasta ahora. En el juego multijugador, se puede comprobar rápidamente que la comunicación es esencial. Coordinar estrategias y acciones con los compañeros de equipo es fundamental para avanzar en el calabozo y enfrentarnos a los desafíos que se interponían en el camino. Sin embargo, la falta de visibilidad de las cartas y movimientos del compañero de equipo a veces dificultaba la coordinación, lo que añadía un elemento adicional de desafío al juego.
OPINIÓN:
En conclusión, «Into the Dungeon» ofrece una emocionante mezcla de estrategia, desafío y cooperación en línea para los que deseen el modo multijugador que lo convierte en una adición imprescindible para cualquier amante de los juegos de cartas y los roguelites.
Verdaderamente tiene ese pequeño puntillo que podemos identificar como adictivo y que te quedas con ganas de echar otra partida, cosa que no pasaba por ejemplo con alguno de los que decíamos arriba y si con el Dicefolk.
Con su jugabilidad sencilla pero sólida, personajes variados y desafíos desafiantes, este juego promete horas de diversión y emoción para jugadores de todos los niveles de habilidad, si eres capaz de aprender a usarlo, que no es difícil, pero hay que saber.
Sin embargo, creo que hay áreas donde el juego podría mejorar, especialmente en términos de accesibilidad y facilidad de juego para los nuevos jugadores. Una reducción en la dificultad del juego podría hacerlo más accesible y atractivo para una audiencia más amplia.
GRÁFICOS: Uno de los aspectos más destacados de «Into the Dungeon» es su impresionante arte y estilo visual, que sumergen a los jugadores en un mundo de fantasía más clásico, con unos gráficos más del estilo de dibujos. Quizás las animaciones podrían mejorar para dar más vida y dinamismo a las acciones de los personajes
NIVELES: La historia en estos juegos es más bien inexistente, pero el diseño de la dificultad creciente en cada uno de los mapas está muy bien logrado.
SONIDO: Creo que la música causa una pequeña decepción, y podemos calificarla de «no particularmente genial«, aunque los efectos de sonido si que están algo más adecuados.
JUGABILIDAD: Tenemos un problema en este punto, ya que es muy sencilla… si la conoces, ya que por ejemplo, en mi caso no tuve ningún problema, pero la ausencia de explicaciones detalladas puede hacer que algún jugador se vea separado del concepto de juego demasiado pronto. Por lo demás, el arrastrar cartas, con flechas y todo bien explicado, hace que el juego sea accesible.
Desde Somos Gaming queremos dar las gracias a GamePress y GameFrog Studios por facilitarnos clave digital del juego
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